El jueves pasamos nuestra primera noche en Urgencias. Por la tarde salimos a pasear, Peque, la Tía y yo, tan tranquilamente. Peque iba cantando en la sillita, y bebiendo agua, cuando de repente la Tía y yo pensamos que el biberón se le había destapado y se le estaba derramando. Pero no, lo que pasaba es que estaba vomitando. Pobre, estuvo un buen rato, pero cuando acabó fue como si no le hubiera pasado nada, seguía cantando y con ganas de andar y bailar.
Le dije a Tía que se fuesen a casa, para bañarle, y yo mientras me quedé comprándole unos zapatos porque no tenía otros para entretiempo y los que llevaba estaban caladitos.
Cuando llegué a casa de los Abuelos Peque estaba feliz en la bañera, jugando con Tía. Después de enjuagar toda la ropa que llevaba y de recoger, le sacamos de la bañera y empezamos a vestirle. Nos pidió agua y se la dimos, pero como entró salió. El caso es que después, seguía estupendamente. Decidimos ponerle el pijama y no salir más de casa, y se dedicó a pasear por todas las habitaciones, cantando y bailando, cuando de repente volvieron los vómitos.
Y aquí fue cuando nos asustamos. Al vomitar se le fueron todas las fuerzas, y daba la impresión de que se iba a caer al suelo, así que nos fuimos a Urgencias.
Aquí en Mérida tienes dos opciones para ir a Urgencias, el Centro de Salud y el Hospital. En el primero hay menos gente, menos riesgo de contagio y tardas menos, pero no hay Pediatra de Urgencias. Así y todo, decidimos ir primero al Centro de Salud y, en función de lo que nos dijese el médico, valoraríamos ir al Hospital. El diagnóstico, incierto: ningún síntoma, nada que indicase qué le estaba pasando. Lo único seguro es que no había deshidratación, de momento. Que le diésemos suero o agua a pequeños sorbitos y poco a poco, para ver si lo toleraba, y si seguía con náuseas o con vómitos, que le llevásemos al Hospital.
Nada más llegar a casa de mis padres volvieron las arcadas, así que nos fuimos al Hospital.
Nos atendieron enseguida, una Doctora amabilísima nos preguntó un montón de cosas y reconoció a Peque detenidamente. Parecía que no había ningún síntoma grave y que, aparte de las náuseas y los vómitos, no había nada preocupante en su estado. Nos dijo que prefería mantenernos en observación y que le fuésemos dando agua poco a poco, para ver si la toleraba, porque prefería no darle ningún medicamento.
Así estuvimos hasta las 3:30, cuando nos fuimos para casa, con Peque ya si náuseas, aunque con mucha sed y sin poder beber.
Y ahora la nota de la discordia, aunque la atención fue buenísima y la doctora que nos vio fue muy amable, dedicada y atenta, no era Pediatra. Resulta que sólo hay un Pediatra de guardia para toda Mérida y atiende exclusivamente los casos muy graves (no sé qué criterio de gravedad se exige).
Al salir de Urgencias nos dijo que siguiésemos dándole agua muy poco a poco y que a la mañana siguiente empezásemos con dieta blanda: arroz, fiambre, yogures, ... pero nada de leche.
A la mañana siguiente llevamos a Peque a su Pediatra que nos dijo que por supuesto que podíamos darle leche, y fue muy clara, muchos de los niños que ella ve y que pasan por una gastroenteritis sólo beben leche ¿qué iban a hacer si le quitaban lo único que comían?
Por eso creo que debería haber un Pedíatra de guardia en los Centros de Salud. No dudo de la profesionalidad de la médico que nos atendió. Y no sólo eso, como digo fue muy delicada y prestó mucha atención a Peque, pero si existen las Especialidades, será por algo, y si a los niños les ve, en la consulta diaria, un Pediatra y no un Médico de Cabecera, por algo será.
Afortunadamente Peque es fuerte y pudimos irnos pronto para casa estando ya mucho mejor que como entramos, pero no me quiero imaginar que hubiese estado peor o que hubiese sufrido algo más "raro" que un virus intestinal.
Lo que más me cabrea es que esto seguramente se deba a los recortes que se han hecho en Sanidad, para poder seguir pagando las dietas y las comisiones a los políticos corruptos que nos gobiernan, de uno y otro color, que solamente están ahí para "chupar del bote".
PD Gracias a todos los que me acompañasteis en esos momentos por twitter, sois unos soles.