29 de abril de 2013

IKEA y los niños


            Hace un par de  fin de semana fuimos a Madrid a ver a nuestros amigos A & S, y a N, claro, que nació sólo 16 días antes que Peque. Lo hemos pasado fenomenal, como siempre que vamos, porque son como nuestros hermanos. Compartimos piso hace ya taitantos años cuando fuimos estudiantes en Badajoz, sin ponernos de acuerdo nos casamos el mismo año, con dos meses de diferencia, y por supuestos, sin planificarlo, N y Peque nacieron casi a la vez. Cuando nos llamaron para darnos la noticia del embarazo yo también estaba embarazada, pero todavía no lo sabía. Ha sido maravilloso vivir el embarazo juntas, lo he sentido casi como un embarazo doble y para nosotros somos tan tíos de N como cualquiera de los hermanos de A &  S, por eso cada vez que podemos intentamos vernos.

            La mayoría de las veces somos nosotros los que nos desplazamos hasta allí, por varias razones: ellos tienen una vida social mucho más ocupada, tienen mucho más espacio en su casa, hay muchas más cosas interesantes que hacer y que ver en Madrid.

            Para ser exactos, en Madrid no viven. Su casa está en una urbanización de un pueblo desde el que se tarda algo más de 45 minutos en llegar al centro de la capital, y eso si la cosa se da bien con el tráfico. Si a eso le sumas que hacer planes con peques de poco más de un año y con sus padres, que son bastante remolones cuando se juntan, es comprensible que la mayoría de los planes que yo tenía para el fin de semana se fueran al traste. A pesar de todo, lo hemos pasado genial y ya estamos deseando volver, para hacer las cosas que he dejado pendiente, y por seguir viendo cómo interactúan N y Peque ¡¡es divertidísimo!!, sobretodo para Churri y para mí, que no estamos acostumbrados a ver a Peque con otros bebés. Así que mis planes han fallado, pero no las expectativas de pasarlo genial.

            Lo que tampoco me falla nunca es IKEA. Y eso que hace unos años no me molaba nada, pero cada vez me gusta más. Claro, que con sus limitaciones. No creo que tengan mobiliario con un encanto especial, ni que sean cosas para toda la vida, pero tienen auténticas “monisiteces”, con un precio estupendo y que pueden ser muy útiles.

            Además, desde que soy madre he descubierto un lado nuevo de IKEA: es apto para todos los públicos. Me encanta el mobiliario infantil, aunque no he comprado nada porque me parece que montar una habitación para cada edad es un gasto innecesario y nosotros hemos amueblado una habitación “perenne”, pero si la idea es ir cambiándola conforme los hijos crezcan, tienen cosas estupendas.

            Con lo que sí he caído es con los juguetes, los utensilios para comida, las telas, mantitas, toallas, gasas, etc. Paso corriendo todo el establecimiento para llegar a la zona infantil, que está al final, y allí me olvido del tiempo (lástima que no me pueda olvidar también del dinero, porque me traería la tienda entera).

            Al final de la visita paramos en la cafetería para tomar algo, porque íbamos a llegar tarde a casa, y me gustó comprobar que tienen un montón de cosas para hacer la estancia con niños mucho más fácil, incluso con los más pequeños. Tienen dos tipos de carro para llevar a los niños junto con la compra, un lugar donde se pueden quedar jugando si son algo más mayores, y en la cocina tienen calienta -.biberones, cuencos, vasos y cubiertos de plástico para ellos, microondas por si tienes que calentarles la comida, baberos desechables, un montón de tronas, etc.

            Lo que si falló, y la verdad es que no me lo esperaba, fue el cambiador del baño. Quizás pequé de madre novata y usé el que no debía, así que amigas, si vuestros hijos tienen más de 2 ó 3 meses, o pesan más de 5 kilos, o lleváis tacones muy altos, o sois un poco patosas, como yo, no uséis el baño que sólo tiene el indicativo del bebé.

            La sala es muy cómoda y amplia, cabe perfectamente el carro dentro. Tiene un baño y un lavabo con ducha extensible, lo que me pareció muy buena idea, aunque no sé muy bien cómo se podría utilizar sin ponerlo todo “pingando”. Pero el problema está en el cambiador. Se abre de frente, y no de lado, pero ése no es el problema. La cosa es que es muy bajo y para cambiar a Peque me tuve que poner de rodillas. Y menos mal que me puse así, porque si no va al suelo directamente. Si ya me conocéis sabréis que Peque pasa de los 12 kilazos, así que, nada más ponerle sobre el cambiador, éste empezó a escurrirse, hasta convertirse en una especie de tobogán. En teoría el cambiador cuenta con un rollo de celulosa para ponerlo debajo del bebé, pero allí no había ni rastro.

            También contaba con una alarma, que se ponía en funcionamiento tirando de un cable que recorre toda la estancia. Si no fuera porque me daba vergüenza parecer una madre novata que no sabe cómo cambiar a su bebé, habría tirado de él, lo prometo.

            Desconozco si en el baño de mujeres y en el de hombres, donde también aparece el indicativo de bebés, el cambiador es así o es de los más “normalitos”. La próxima vez que vaya para allí les echaré un vistazo antes de llevar a Peque, porque si es como el que ya conozco me veo cambiando el pañal en el coche, que es mucho más seguro.

            Pero dejando la experiencia del cambiador – escurre – niños, me vine encantada con los imprescindibles que me traje.
            Así y todo me quedé con las ganas de algunas cosas más, pero es cierto que estamos en época de recorte de gastos y que Peque ya tiene muchos juguetes, pero seguro que algo caerá en otra visita.
             Y vosotros ¿tenéis alguna anécdota con los cambiadores públicos de bebés? Seguro que sí, jeje.

25 de abril de 2013

Experimentando con la comida

         A Peque le gusta comer, de eso no hay duda, ha salido como su padre, y en eso hemos tenido suerte. A lo único que le pone peor cara es a la fruta, pero con un poco de entretenimiento y con un cacito de cereales, todo solucionado.
      Desde hace tiempo le damos a probar cosas para que las vaya comiendo. Por lo general, a la hora de la comida le sentamos con nosostros y, aunque ya se ha tomado su puré y su yogur, solemos ofrecerle trocitos de las cosas que estamos comiendo. ¡Y pobre de tí si no se lo das! Te tira con tanta fuerza del brazo que no te queda más remedio, jeje. Por eso pesa lo que pesa, claro está.
      La cosa es que como ya tiene 13 meses y como le gusta comer, yo había pensado en ofrecerle para cenar algo más que el biberón. Ya algunas noches le había dado un poco de fiambre,pero no mucho, y me apetecía montar una cena en plan familia, así que me dije "tortilla para todos".
      Batí los huevos e hice primero una pequeñita, sin sal, para Peque, y luego el resto, para el Churri y para mí. A Peque le encantó la cena y yo disfrutaba viendo cómo comía, aunque varias veces tuve que apartarle el plato. Yo le ofrecía cachitos pequeños con el tenedor, pero Peque cogía ávidamente, y a dos manos, otros trozos y se los metía en la boca, mientras yo seguía cortando la tortilla.
      Cuando se cansó de comer le ofrecí el biberón. Lo preparé igual que todas las noches, porque no sabía qué cantidad de tortilla iba a comer, y se lo tomó casi enterito. 
      Yo estaba encantada, pero al Churri parecía no gustarle demasiado la idea de la cena en familia, demasiado estrés para él, que le gusta cenar tranquilamente, viendo alguna serie en el ordenador y lo de tomar la cena un poco fría porque hay que preparar la de Peque o tener que levantarse a calentar el bierón a media cena, no acaba de convencerle.
      Mientras le daba a Peque su cena yo iba comiendo la mía. Cuando acabé saqué a Peque de la trona, para irnos a la cuna. Y en ese momento empezó "la fiesta".
      Peque se convirtió en una fuente, echó todo el biberón y toda la tortilla. Al principio me preocupé porque como ha tenido mocos y la temperatura un poco alta pensé que podía ser por eso, pero luego ví la razón. ¡Todos los trozos de tortilla estaban enteros! No había masticado nada, lo había engullido todo.
      Ni os podéis imaginar todo lo que salió por la boca del Churri, eso sí, en bajito, para no molestarme demasiado, el pobre, con lo poco que le había gustado el experimento desde el principio y encima se le jode fastidia el final de la cena, que es lo que más le gusta.
      Limpié y cambié a Peque y me lavé y cambié yo, le dormí mientras Churri limpiaba el suelo, fregué los cacharros de la cena y el suelo del comedor, pusimos una lavadora con todo lo que habíamos manchado y la tendimos. Vamos, que acabamos con el experimento casi a las doce de la noche. Yo agotada y el Churri con un cabre monumental.
      Esta noche no sé si atreverme a seguir con los experimentos, desde luego con Churri no puedo contar, pero ¡¡¿entonces que hago yo con tanto queso fresco y fiambre que he comprado para las cenas?!!

23 de abril de 2013

Feliz día del Libro

     El comienzo de la semana está siendo de lo peorcito, la alergia ha vuelto para quedarse definitivamente y ha hecho notar su presencia de manera contundente. Además Peque lleva dos noches horrorosas, con muchos mocos que no le dejan dormir. Pobre, se queja con los ojos cerrados, porque tiene mucho sueño, pero no puede conciliar el sueño ¡¡duele tanto verle así!!
     Pero no escribo por eso, hoy escribo porque es el día del LIBRO. Un objeto muy importante al que por desgracia no le damos tanto valor como tiene. Yo misma he abandonado el hábito de la lectura con esto de la maternidad, pero poco a poco le voy poniendo remedio a ese problema.
     Además de intentar volver a leer, sino tanto como antes, al menos la mitad, me he propuesto una iniciativa, a seguir a partir de hoy, para inculcarle a Peque el amor por la lectura que yo tengo. Para mí, uno de los mejores regalos que puedo recibir es un libro, sea el que sea. Y si aciertas con mis gustos, no se me ocurre nada mejor. Pues eso es lo que quiero con seguir con Peque.  Me he propuesto regalarle cada año, el 23 de abril, un libro, acorde con su edad. No será el único, claro, también los recibirá por Reyes, por su cumpleaños y "porque sí", pero con esta nueva "tradición" espero conseguir que Peque espere con ilusión cada año su libro de regalo.
     Aprovecho y os dejo unos enlaces muy interesantes relcionados con la lectura:
- Las Crispulinas
¿Cómo lees?
- Puntos de lectura muy molones
- Otro DIY para punto de lectura
¡¡¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!!!

19 de abril de 2013

¿Abuelos o Guardería?


Desde que te conviertes en madre comienzan un sinfín de indecisiones que marcan tu rutina diaria. A menos es lo que me pasó a mí. ¿Le pongo el chupe o no, para evitar luego problemas con la lactancia? No pone peso ¿le doy suplemento o insisto con el pecho a pesar de los lloros y de que engorda  poco? ¿Le cojo cuando llora o espero un poquito? Si no duerme bien ¿le meto en mi cama o le dejo en la cuna para que no se acostumbre? Y así un montón de preguntas más.
            Yo ahora mismo me estoy enfrentando a una de esas dudas, pero de calibre mayor. ¿Apunto a Peque a la guardería o le dejo con los abuelos?
            Soy de esas madres súper – afortunadas que tiene a los abuelos cerca, vamos, a menos de 10 minutos de casa. Además, acaban de jubilarse los dos y es la primera vez que son abuelos, así que están encantados de quedarse con Peque cada vez que se lo pido (corrijo, no he tenido que pedírselo nunca, son ellos los que lo piden)
            Como digo soy afortunada, y les agradezco mucho la ayuda que me prestan, pero que Peque se quede con ellos tiene sus inconvenientes. Son abuelos consentidores, que está muy bien cuando son abuelos de visita, pero cuando son “de diario” luego es un problema luchar por intentar educar bien a tu hijo.
            Soy de las que cree que, aunque con flexibilidad, porque son niños pequeños, hay que poner normas desde el principio, e intentar seguirlas siempre, para comer, para dormir, para reñirle si chilla o si tira las cosas al suelos, etc.
            Pero ellos le duermen en brazos y hace las siestas enteritas así (luego, cuando nosotros intentamos dormirle por las noches, no os quiero ni contar). Le dan de comer de todo y a deshora (eso no genera muchos problemas porque Peque se come lo que haga falta, pero con los niños nunca estás segura de que eso sea así siempre). No le estimulan el gateo y el habla, le dan todo en las manos y a la mínima que “pía” ya están los dos como locos dándole cualquier cosa que crean que está pidiendo.
            Además, soy doblemente afortunada porque tengo dos tías que son como "segundas madres", así que también son "segundas abuelas", por lo que Peque tiene a cuatro personas que le consienten y le miman y sólo a tres que le ponen límites (mi hermana por suerte se ha unindo a mi causa)
            La idea es que antes de que tenga que ir al colegio vaya a la guardería, para que aprenda a estar con más niños, se acostumbre a estar con gente que no es de la familia, a obedecer, etc. El problema es que, para que empiece el próximo curso escolar tenemos que echar los papeles ahora. Y a mí ahora me parece muy pronto. La verdad es que todavía quedan 6 meses para que empiece, pero no me imagino levantando a Peque temprano por las mañanas para que pueda ir a la guardería y pasando allí 5 horas.
            La cosa es que Churri está en el paro y sin cobrar nada, así que la opción es la guardería pública, y en esa, claro está, hay un plazo de solicitud y un horario que cumplir, y a mí eso de que tenga que estar obligatoriamente de 9:00 a 14:00, como mínimo, me parece una burrada. 
            Lo suyo sería que Abuela pudiera llevar a Peque a media mañana, hacer ella “los mandaos” y luego ir a por Peque a la guarde, unas horitas después, pero no tener que esperar hasta las 14:00.
            De momento va ganando la idea de esperar un año más y que Peque vaya a la guarde con dos años y medio, en vez de con uno y medio.
            Todo sea que los Abuelos no se pongan cada vez más “blandos” y lidiar con Peque se convierta en algo más difícil, porque ahí me veo buscando un jardín de infancia que no cobre mucho donde poder llevarle al menos un par de horas.
            ¿Qué haríais vosotros?

16 de abril de 2013

Celebrando el Primer Cumple de Peque


            El pasado mes Peque cumplió el primer añito, y claro, había que celebrarlo. Lo admito, se me fue la olla, porque no lo celebré una, ni dos, ni tres, ni cuatro, sino ¡¡¡¡5 VECES!!!!
            Pero tenía varias razones para hacerlo, y como bloggera vuestra que soy, estas razones que tengo, os las voy a dar:
  1.   Había que hacer fiesta el MISMO día del cumple sí o sí. Esa fue con la familia cercana – abuelos, tíos y primos, exclusivamente. La razón es muy  simple, en casa no cabía más gente.
  2.   Fue imposible hacer una única fiesta con toda mi familia, por problemas de agenda, así que tuvimos que hacer dos. La primera con la familia de mi madre y la segunda con la familia de mi padre.
  3.   Por supuesto no podíamos dejar de celebrarlo con nuestros amigos. Cuando Peque sea mayor podrá celebrarlo con los suyos, pero de momento, nuestros amigos son sus amigos.
  4.   Justo antes de la 5ª fiesta, que ya estaba programada, se pasaron por casa unos amigos de Madrid que son como hermanos y con los que, por estas cosas curiosas de la vida, hemos coincidido en fecha de bodorrio y de paternidad. Se convirtieron en padres por primera vez justo 16 días antes que nosotros, así que nuestra relación es aún más especial que antes. Como no podía ser de otra manera, preparamos una mini-celebración conjunta. Éramos sólo 6, pero no faltaron los regalos, la tarta y las velas.

          Ni que decir tiene que a  mí me gustan las celebraciones y las reuniones familiares. Lo normal es celebrar mi cumpleaños 4 veces (trabajo, casa en familia, amigos y familia ampliada), así que celebrar el primer cumple de Peque 5 veces, tampoco es ninguna exageración por mi parte.
La temática fue común en todos ellos: Pocoyó. Es increíble ver cómo se ríe y mueve los brazos Peque cada vez que lo ve, así que fue fácil elegir. Eso sí, va a ser la misma los próximos años, porque después de lo que me costó adquirir el material, pienso amortizarlo.
Todas las fiestas fueron muy divertidas. Peque disfrutó mucho más de lo que me imaginaba con los regalos, con la gente, con las tartas (pero ¿qué no le gustará a Peque?), con los abrazos, con las risas, etc.

Y yo disfruté en todas ellas como una enana, soplando la vela, abriendo regalos, haciendo fotos, recogiendo felicitaciones, etc. Todo esto quedará recogido en un precioso libro de cumpleaños que le estoy preparando a Peque, pero eso queda para otro post.
PD Muchísimas gracias a todos por venir a acompañarnos y por los regalos ¡¡sois todos unos soletes!!

15 de abril de 2013

Blogger Traveller Abril: PASCUA EN MÉRIDA

Es la primera vez que participo en blogger traveller. Se trata de una iniciativa que ha puesto en marcha Paty, en su blog de Mi dulce de melocotón.
           Se ha encargado de reunir a blogueros de distintas partes del país, y también de otros países, para que contemos lo que ocurre en nuestras ciudades, y otras cosas interesantes.
           En estos tiempos de crisis en los que viajar ha pasado a un 2º plano (en mi caso a un 3º o un 4º incluso, con lo que a mi me gusta), me parece una idea genial poder viajar, al menos, de modo online.
Es una manera muy interesante de conocer lugares diferentes. De momento iré anotando lo que más me gusta en mi libreta de “pendientes”, para futuros viajes.
           Cada mes Paty propone un tema sobre el que hacer el post. En este caso, coincidiendo con la Semana Santa, en tema elegido ha sido la PASCUA.
           Por lo general es muy interesante acercarse por Mérida en Semana Santa, ya que nuestra ciudad es Patrimonio de la Humanidad y éstas fechas son muy buenas para hacer turismo, porque el tiempo, si no llueve, es mucho más “llevadero” que en verano, cuando alcanzamos tranquilamente los 40º al sol a mediodía. Tenemos pasos preciosos y muy valorados. Y no sólo eso, también tenemos procesiones preciosas y únicas. La más conocida de ellas es la del Via Crucis, que acaba en el Anfiteatro Romano, iluminada tan sólo con velas y antorchas, que se celebra en un estricto silencio. Es sobrecogedora e impresionante. Sale todos los años en televisión, porque como ya he dicho antes, está declarada de interés turístico nacional.

          Otro momento de los más interesantes es cuando se produce “El Encuentro” dos pasos de la misma cofradía, La Virgen del Mayor Dolor y el Nazareno, salen de la misma parroquia, pero por caminos distintos, acompañados cada uno de ellos por sus nazarenos y sus penitentes. Después de una parte del recorrido se encuentran los dos. Llevan muchos años encontrándose en la Puerta de la Villa. A partir de ahí siguen el recorrido juntos.


          Una procesión también curiosa de ver es la que cruza el Puente Romano. Quizás es lo que más me gusta de la Semana Santa de Mérida, que mezcla las procesiones con los maravillosos restos arqueológicos que tenemos en la ciudad.



          En Mérida lo normal, menos en las procesiones del Silencio y la del Via Crucis, lo normal es que los nazarenos repartan caramelos a los pequeños que acuden a ver la procesión. Muchos de ellos los que reparten con los caramelos de la Mártir. Se hacen artesanalmente en la confitería más antigua de la ciudad “Gutiérrez” y son riquísimos.



          Por desgracia este año, con la cantidad de agua que ha caído, muchas de las procesiones no han podido salir, y otras han eliminado gran parte de sus recorridos para evitar ser sorprendidos por la lluvia.
Éste es el tiempo que hemos tenido en Mérida esta Semana Santa:



          Lo que no falta ningún año en mi casa es la costumbre de hacer dulces por estas fechas. Roscas fritas, perrunillas, bollos de chicharrón y magdalenas. Todos con ingredientes “naturales”. Los huevos de las gallinas de mi tía, las mantecas de los cerdos, etc.
Ni que decir tiene que es lo que más me gusta de la Semana Santa. Eso sí, es lo peor para la “operación bikini”, pero merece la pena ¡¡no como otros dulces igual el resto del año!!

          Generalmente el Domingo de Resurrección nos vamos de romería, al campo, donde damos buena cuenta de esos dulces caseros, pero este año se ha suspendido porque era imposible entrar en el campo sin hundirse con el coche.
Esperemos tener más suerte el año que viene, que el tiempo nos respete y que podamos disfrutar de las procesiones, los caramelos, los dulces y el campo.

8 de abril de 2013

¿Y tu peque todavía no ...?


           Para las que sois madres, ya lo sabréis, para las que no, id tomando nota. Desde que te conviertes en madre todo es una carrera de competición, qué digo desde que te conviertes en madre, desde que estás embarazada ... qué digo desde que estás embarazada ¡¡¡desde que decides que quieres tener un hijo!!!
            La cosa empieza así “¿qué tardaste 5 meses en quedarte embarazada?” “Pues yo a la primera, hija. Y eso que ese mes lo hicimos sólo una vez y deprisa y corriendo, porque por trabajo apenas nos vimos una semana y con un estrés de miedo.” A lo que otra futura madre que está en el grupo añade “Pues Fulanita tardó 10 meses en quedarse en estado y Menganita lleva más de 2 años intentándolo”.
            Una vez que ya estás embarazada, sigue la competición. “¿De cuánto estás? Ah, pues yo de una semana menos ¡qué casualidad! ¿Y cuánto mide tu pequeño? ¡¡¿sólo?!! Pero si el mío ya mide más que el tuyo y estoy de una semana menos que tú”.
            Luego llega el parto: “¿y cuánto pesó tu peque? ¿y cuánto midió? ¡¡Uy, qué pequeñito!! Pues el mío pesó 4,500 gr y midió 55 cm”. Qe te dan ganas de decirle, normal, con lo gorda que te pusiste era de esperar que al menos una parte fuera a para a tu hijo.
            Aquí también tengo que hacer un inciso, y es sobre el tamaño de la cabeza. No he escuchado a nadie hablar del perímetro de la cabeza de sus hijos cuando nacen, y creo que es la medida más importante, la verdad. Porque una vez fuera la cabeza, da igual “echar” 50 cm de niño que 60, pero no es lo mismo que la cabeza le mida 45 cm que 55 cm. (Como podéis imaginar, en este tema gano yo con diferencia, por eso lo saco a colación, jeje. La cabeza de Peque no tiene rival).

            Y una vez que ha nacido tu vástago es cuando empieza la competición de verdad, lo que habías vivido hasta ahora era sólo un calentamiento.
            Las primeras son “¿y cuántas tomas hace? ¿Cuánto tarda en cada toma?”. Lo bueno de esta pregunta es que, según tu situación, lo bueno es que tome pocas y cortas o muchas y muy largas. Además, siempre vienen seguidas de “¿cuánto peso ha puesto?” Que si ya es preocupantes, sobretodo para una madre primeriza con problemas con la lactancia que su peque no ponga peso, no te quiero ni contar si encima la sometes a este tipo de presión.
            Luego vienen las de “¿cuántas horas aguanta por la noche? Pues el mío, con 6 semanas, ya dormía toda la noche de un tirón” Claaaaaaro, si para ti las noches son de la 1:00 a las 6:00, pues a lo mejor.
            Lo siguiente son los dientes “¿y no le han salido todavía?” “Pues el mío ya está con las muelas”. Yo tengo que decir que de estas preguntas no tuve que escuchar muchas porque Peque tenía ya los 8 dientes con 8 meses. Y es que ésa es otra regla segura, si saben que van a “salir perdiendo”, las otras madres no sacan el tema.
            Una vez que el desarrollo físico ha pasado a un segundo plano, empezamos por la carrera por el desarrollo motor. “¿Y todavía no gatea? Pues el mío ya anda.” “¿Y no habla? Pues el mío hasta recita poemas”
            Como conclusión: Peque ronda el año, no anda, no ha gateado nunca, no habla (parluchea un montón, pero no pasa de eso), pasa completamente de hacerte 5 lobitos o tocar las palmas, ni lo intentes, porque te mira con una cara como de “Pero qué me estás contando!!!? Hazlo tú si quieres”.  Sin embargo, según mi hermana, que es una auténtica profesional del tema, hace cosas que tendría que hacer mucho más adelante (pasa las hojas de un libro, tira del mantel para coger algo que está encima y quiera, juega al “esconder” desde hace mucho tiempo, etc.)
            Es decir, si estás planteándote ser madre, si estás embarazada o si acabas de aumentar la familia, vete preparando para la competición: tienes dos opciones, equiparte con cinta para el pelo, mallas y zapatillas con un conjunto a juego para tu hijo, dispuesta a batir todas las marcas de las madres de tu grupo o decirle al conductor, “pare, que yo me bajo” y disfrutar del desarrollo de tu hijo, que seguro que es distinto a cualquier otro que tengas por el entorno, pero ni mejor ni peor.
            

2 de abril de 2013

Mi 10x4 particular

     Gracias a Star en Rojo y a su iniciativa (que puedes ver aquí) me veo liada en plena Semana Santa haciendo un post más complicado que cualquiera de los que he hecho hasta ahora, jeje. Tengo que decir que Scarlata también ha tenido mucho que ver ya que gracias a ella he sabido cómo hacer los collages de las fotos (no seáis muy crueles conmigo, es la primera vez que lo hago).
     Bueno, y aquí va mi "x4" particular, en mi caso me han salido 10 categorías:
Bebidas:
Me gustan: las infusiones
No me gusta: la cerveza. Sólo la bebo de vez en cuando y con limón
Sobrevalorada: la coca-cola
Me encanta: el café. No puedo vivir sin él.


 
Ciudades que he visitado:
Me gusta: París. Me enamora su luz y su olor. Tengo grandes recuerdos.
No me gusta: Lisboa. Lo siento, me parece una ciudad oscura, sucia y triste.
Sobrevalorada: Barcelona. La he visitado 2 veces y ya no vuelvo a darle otra oportunidad.
Me encanta: Roma. Italia en general. Soy una enamorada de ese país.
 

 Colores:
Me gusta: el verde, casi casi en todas sus tonalidades
No me gusta: el amarillo (ya sabéis, no hay campo sin grillos ni hortera sin amarillo)
Sobrevalorado: el rosa, demasiado cursi y empalagoso para mí. Sólo acepto los más subidos de tono (chicle, fucsia, etc.)
Me encanta: el rojo. Mi color favorito. Me transmite felicidad, energía, fuerza...



Comidas:
Me gustan: los dulces, casi todos, aunque no le veo la gracia al cabello de ángel, pero me pirro por los merengues, sobretodo los de Gutiérrez.
No me gustan: los mariscos.
Sobrevalorado: el caviar
Me encantan: las patatas fritas que hace mi tía María, jugosas por dentro y crujientes por fuera (tienen truco, no las corta muy finas y las fríe dos veces)



Complementos:
Me gustan: los pañuelos, fulares, bufandas. En otoño – invierno los uso a diario
No me gustan: los abalorios de tamaño excesivo
Sobrevalorados: los anillos. Me gusta llevar 1 ó 2 y pequeños. Más es excesivo.
Me encantan: los sombreros y los tocados.




Estaciones del año:
Me gusta: el otoño. Por su luz y por el clima, que aunque no es mi favorito, al menos no es de los peores.
No me gusta: el invierno. Sólo se salva por las navidades, pero de verdad que no le veo ninguna otra ventaja.
Sobrevalorada: la primavera. El clima no es de los mejores, llueve mucho, de repente hace frío y de repente hace calor, de repente hace sol pero en un momento se nubla, Y además están la dichosa “astenia primaveral” y la alergia.
Me encanta: el verano. Adoro el sol y el calor. Donde vivo, en Mérida, podemos llegar a estar a más de 40 grados al sol en las horas centrales del día, pero a mí me encanta. Si no fuera por mi familia, me iría a vivir a algún sitio donde no bajasen de los 30 grados en todo el año. Además aquí en verano tenemos el Festival de Teatro Clásico. ¡¡Adoro vivir en Mérida de julio a septiembre!!.



Flores:
Me gustan: las gerberas, cuanto más vivos sean su colores, mejor. Me transmiten mucha energía.
No me gustan: los crisantemos. Para mí son las flores de los muertos.
Sobrevaloradas: las rosas. No están mal, pero sólo las de floristería, y son muy caras. Si plantas un rosal la flor que te sale no tiene nada que ver con las que venden.
Me encantan: las calas, también conocidas como “oídos del profeta”. En su tamaño original, es decir, el grande, no las “calas de novia”; que están “hechas a medida” en invernaderos holandeses. Han marcado dos momentos muy importantes de mi vida, mi boda y el nacimiento de Peque.
 

Libros:
Me gustan: los de Isabel Allende. Creo que pone mucho de ella en cada uno, y eso me gusta.
No me gustan: los de Stephen King. Lo siento, no puedo con el terror ni la ciencia ficción.
Sobrevaloradas: 50 sombras de Grey. Toda la vida han existido libros eróticos para mujeres y eran de clases B ó C. Como éstos se han puesto de moda, parece que es buena literatura, pero no, no lo es.
Me encantan: La colección del Capitán Alatriste. Pérez-Reverte es mi escritor favorito. Me gustan sus libros, sus colecciones, sus artículos, todo, todito, todo.



Ocio:
Me gusta: leer
No me gusta: hacer deporte
Sobrevalorado: la televisión, está llegando a niveles inimaginables para mí
Me encanta: viajar y tomar fotos en los viajes


Películas:
Me gusta: “Érase una vez en América”. La descubrí gracias al Churri, y eso que no coincidimos mucho en gustos cinéfilos. Genial la trama, la fotografía, todo. Y qué decir de la BSO ¡¡¡fabulosa!!! Muchas de sus canciones forman parte de la BSO de mi propia vida.
No me gusta: "Torrente". Lo siento, mi estómago no aguanta tanta porquería, no le veo la gracia.
Sobrevalorada: "Dirty Dancing". De verdad, no puedo con ella, no le veo el atractivo a ninguno de los protagonistas.
Me encanta: "El Golpe". No sé la de veces que la he visto, y la BSO también me encanta.

     Y hasta aquí mi 10x4 particular. A ver con cuantos de los participantes coincido en alguna de las categorías.
     Muchas gracias a Star en Rojo por este reto tan divertido.


1 de abril de 2013

Regalos para bebés y sus mamás (Parte III)


    Bueno, aquí va la última entrega de buenas ideas para regalos para futuras mamás.


13.- Hamaca – gandulita – columpio. Me regalaron una hamaca y un columpio. Conozco a bebés para los que son “mano de santo” y conforme les pones ahí y les cuneas un poco se quedan relajaditos hasta que se duermen. A mí no me ha funcionado. Ahora puedo dejar a mi peque y se entretiene un poco mirando dibujos o jugando con los juguetes (o con los mandos y los móviles, si los tiene más a mano), pero de dormir, ni pío. 

14.- Manta juegos. Las hay muy sencillas y con muchas actividades. Vienen muy bien para entretener a los peques, y se supone que estimulan al gateo (aunque a mi peque no le ha funcionado, jeje). Yo tengo tres, 2 en casa, porque una es para ponerse boca arriba (tiene un arco) y se utiliza al principio, y la otra para usarla boca abajo, cuando los peques ya aguantan su cabecita. La tercera la he llevado a casa de mis padres, porque era muy grande y ya no me cabían más cosas en mi piso
De la otra manta no pongo foto porque ha sido “heredada” y no tengo ni idea de qué marca es.


15.- Bañera hinchable. Utilísima. Yo me la llevé a las vacaciones y comprobé que fue un regalo fantástico. Tiene una forma anatómica parecida a la bañera que tengo en casa, así que fue muy fácil de usar. Además, ocupa muy poco y están muy bien de precio. La colchoneta que se ve se pega con belcro por dos partes a la bañera, y así se convierte en anatómica, tiene un tope al final para que el bebé no se resbale. Cuando el peque crece y se mantiene sentado se le quita esa colchoneta y queda como una piscinita.


16.- Ropa. Un tema muy amplio y “escabroso”. Me gustó recibir ropa “heredada”, porque te venía muy bien si la necesitabas, pero si no te valía o no te gustaba no tenías remordimientos por no usarla. Respecto a la regalada, como siempre, muy agradecida, pero tiene dos problemas: el principal, la talla. Viene por edades, pero cada niño crece a sus ritmo. A mi peque, al salir del hospital, le quedaba todo grande, pero ahora, que tiene 12 meses, no le puedo comprar nada más pequeño de 18 a 24.
El segundo problema es el gusto. A ese respecto yo me conciencié de que no iba a ver a mi peque vestido como a mí me gustaba hasta que creciese un poco, sobretodo en verano, donde hay pocos modelos para elegir. En invierno hay más posibilidades, y como ya es más mayor, parece que su ropita ya es más propia de mis gustos.
Los regalos de este apartado que sí me resultaron muy útiles fueron las mantitas, las sábanas, los arrullos, las toallas, los baberos, etc. Se usan mucho, se lavan mucho y son menos problemáticos en cuanto a gustos.
     
  

17.- Juguetes. Otro tema difícil. Nos juntamos con un montón de peluches, que ni siquiera me cabían en la habitación. Además, los primeros meses, como es normal, el bebé no juega con nada, y cuando empieza a entretenerse, siempre tiene algún preferido, y al resto les hace poco caso.
Luego están los juegos educativos, que a mí me encantan, pero no así a todo el mundo. Y por último están los juegos “musicales” (yo más bien llamaría ruidosos), que encantan a los peques y hacen mucha gracia a quienes los regalan, pero no tanto a sus sufridores papás.
18.- Esto no me lo regalaron, pero en las reuniones de lactancia materna nos dijeron que eran una buena opción de regalo, y la verdad es que no es mala idea. A ver, no es ni mono, ni divertido, ni un bonito recuerdo, pero si muy útil, y si los padres no tienen una economía muy saneada, les puede venir estupendamente. Se trata de las vacunas. Me explico, a los recién nacidos hay que ponerles una serie de vacunas, que vienen establecidas por la Comunidad Autónoma, pero hay otras que quedan fuera de esta obligación, aunque te “aconsejan” ponérselas. La mayoría de las madres (por lo menos las que conozco), sobretodo si se trata del primer hijo, las ponen, pero como no son obligatorias, no están incluidas en la Seguridad Social, y cuestan un pastón. Si tenéis confianza con los futuros padres y sabéis que se las quieren poner, pueden ser un buen regalo, eso sí ¡¡id preparando el bolsillo!!


19.- Mobiliario. Esto es para familiares muy cercanos o amigos muy íntimos, y con pasta. Se trata de la cuna, la mini-cuna, el coche, el capazo, el grupo 0, etc. Suelen costar una pasta, así que no es un regalo que se le hace a una vecina o a una compañera de trabajo.

     Por supuesto, hay muchas más ideas de regalos estupendas, y también depende mucho de los padres y de los bebés, pero como madre primeriza me he dado cuenta de que regalos que yo pensaba que eran una pasada sólo sirven para ocupar espacio y que otras cosas que a mí me parecían muy mala idea resultan muy útiles y pueden ser la mejor opción.
     Espero haberos ayudado un poco, tanto si tenéis que regalar como si estáis preparando la lista de regalos.
     Y ni que decir tiene que ¡¡¡se admiten sugerencias!!!.