Como la mayoría de vosotras sabéis, porque ya lo he
comentado antes, estoy rodeada de embarazadas.La mayoría del 2.0 ya han sido madres antes, así que ya
saben de lo que os voy a hablar, pero otras, y muchas del mundo 1.0., van a
serlo por primera vez. Es precisamente a éstas a las que les quiero dedicar mi
entrada de hoy.
También quiero
deciros que si estáis especialmente “gediondas” sensibles, a lo mejor es
preferible que no lo leáis, o que lo dejéis para otro momento. En cualquier
caso quiero aclarar que este post lo escribo por ayudaros, para que sepáis que
no estáis solas y que no sois las únicas.
Estando
embarazada de Peque eran muchas las que me hablaban de los sufrimientos del
parto y me contaban sus interminables horas dilatando, o sus broncas con las
matronas, o los problemas que surgieron cuando estaban en paritorio, etc. No os
voy a hablar de eso, primero porque mi parto fue maravilloso (sí, también los
hay, duele, claro, pero se olvida en cuanto tienes a tu peque en brazos, y no
tienen por qué durar interminables horas y te puedes encontrar con matrones que
son un auténtico encanto), y porque me parece de muy mal gusto hablarle a una
futura madre de partos malos.
Sin embargo nadie
me habló del postparto ni de lo que suponían los primeros meses como madre
primeriza.
Llegas a casa con
un bebé, al que acabas de conocer. Igual, si te pasa como a mí, es casi el
primer bebé que coges en brazos. Por bueno que sea llorará, por bueno que sea
se despertará varias veces en la noche, y por bueno que sea, necesitará comer
cada poco tiempo, y después de cada comida los gases y el cambio de pañal (si
hay suerte y no necesita echar los gases y cambiarse también entre comida y
comida).
Eso implica que
tu vida, tus costumbres, tus horarios, todo, cambiará por completo. Y eso, en
el mejor de los casos. Dormirás poco, comerás mal y te preocuparás por si estás
haciendo las cosas bien. Esto es así y que nadie te engañe. Habrá algunas
madres que lo lleven con mucha naturalidad y que desde el minuto uno podrán
atender al nuevo miembro de la familia, limpiar la casa, hacer la comida,
atender a las visitas, hacer la compra, salir a paseo y todo eso hacerlo
monísima, con el pelo y la manicura perfectas, no digo que no, pero os aseguro
que serán una minoría muy pequeña.
La mayoría hemos llegado a
casa y nos hemos sentido desesperadas porque el bebé no para de llorar, porque
no sabemos por qué lo hace y porque no sabemos calmarle. Porque le molestan
los
Las frases que
más oirás, y que más te desesperarán son:
-
“Haz caso a tu instinto” Y tú pensarás ¿Instinto? ¿Eso que es?
Debí perderlo junto con mi cintura cuando parí. ¿Le dejo dormir o le despierto para que coma? ¿Le abrigo más o le quito ropa? ¿Le duermo en brazos o le dejo llorar en la cuna ...
![]() |
(será que yo no entiendo mi instinto porque de pequeña jugaba a la comba y a las canicas en vez de a las muñecas) |
- “No tienes nada mejor que hacer” Y t a ti te
gustaría decirle, mejor no sé, pero necesario sí. Necesito ducharme, ir al baño,
comer y dormir, eso como mínimo. Además, al mes de dar a luz también
necesitaría tener algo de vida social, o dedicar un ratito a las cosas que te
gustaban antes (coser, leer, ver la tele, navegar por Internet, ....), sin
sentirte #malamadre (enlace) por querer hacer eso en lugar de estar con tu hijo
en brazos 24 horas al día.
![]() |
Genial Maitena, como siempre |
Resumiendo, no quiero agobiaros, simplemente creo
que tengáis claro que, una vez seáis madres, cuando la presión pueda con
vosotros, penséis ¡¡no soy la única!!. Y que conste que no soy la única que os
lo dice, aquí tenéis algunas madres más que os lo cuentan:
- Peinetas
- Batmami
Por suerte muchas de estas madres nos hemos ido conociendo por internet y nos hemos dado cuenta de que no somos únicas. Por fin un día Laura tuvo la genial idea de unirnos a todas, en twitter y en su magnífico blog de #malasmadres, pero eso da para otro post.