26 de octubre de 2015

El Cole de Mayores II: horario de adaptación

     Que cada día tenemos más "tonterías" con nuestros hijos es algo sabido por todos. Tanto por facebook, como por correo electrónico como por whatsapp circulan correos donde comparan las medidas de seguridad de nuestra infancia con la de nuestros hijos y a todos nos hacen reir. Íbamos por la vida sin coderas ni cascos, jugando con tirachinas y piedras, saltando por barrancos y demás, y nadie se echaba las manos a la cabeza por eso.
     Pero no sólo teníamos menos preocupaciones respecto a nuestro bienestar físico, también con el psicológico. Lo de "trauma infantil" no lo he escuchado hasta bien mayor, la verdad. Y creo que gracias a eso no recuerdo ningún trauma infantil mío.
     El caso es que ahora tenemos mucho cuidado de que nada de lo que hagamos pueda pasarle factura a la mente de nuestros hijos pasados unos años, así que vamos con pies de plomo, y claro, entrar en el colegio puede crear un trauma muy grande, así que les ponemos un horario de adaptación para que el golpe no sea tan duro.
     Peque ha estado en dos guarderías, en una le hicieron horario de adaptación y en la otra no. En la segunda me dijeron que no lo hacían porque si recogíamos al niño antes iríamos precisamente en el momento en el que él se empezase a encontrar bien y que, además se acostumbraría a que fuésemos a las 2 horas y, en el momento en el que le dejásemos 4, empezaría a llorar cuando no nos viese llegar a la hora a la que estaba acostumbrado, y tendrían que hacer una segunda adaptación. Resultado, en la primera guardería estuvo llorando todo el curso, desde el primer hasta el último día y en la segunda dejó de llorar la primera semana. En la segunda guardería se "curraron" la adapción del niño y en la primera no, y los resultados se vieron enseguida.
     Más allá del debate de horario de adaptación sí o no, vamos a cómo lo gestionan aquí. Nada más y nada menos que dos semanas, enteritas, con horario de adaptación. De lunes a viernes y de lunes a viernes, sí señor. Esto significa que los padres de todos esos niños nos las tenemos que ingeniar para llevar a nuestros hijos al colegio. En nuestro caso la solución ha sido pedirme las vacaciones esas dos semanas, pero hay gente que no puede, y que tampoco cuenta con familia que le pueda ayudar.
     Si eso me asegurase que la adaptación de los niños se diese sin problemas, tendría un pase, pero quiero ver yo al niño al que le cueste adaptarse (como es el caso de mi hijo), cuando pase de estar allí 2 horas al día a estar 5 más la de comedor. Se traducirá en que tendremos dos semanas con horario de adaptación y al menos otra en la que nos costará adaptarnos a que pase 6 horas allí en lugar de sólo 2.
     La adaptación de Peque al colegio es algo que me preocupa mucho, porque le cuestan mucho los cambios y lo de sociabilizar con amigos nuevos le lleva un tiempo, pero no creo que estar 2 semanas acudiendo sólo dos horas al centro le vaya a ayudar. Lo importante sería que su profesor trabajase esa adaptación, con todos los niños, durante toda la mañana.


Edito: Esta entrada la tenía preparada hace casi un mes, pero con el caos de vida que llevo, todavía no lo había publicado. En parte me viene bien porque ahora puedo asegurar categóricamente que el horario de adaptación es un completo atraso. Durante los días que Peque ha estado yendo a clase sólo unas horas era un suplicio, sin embargo, desde que empezó la jornada completa ha ido mucho mejor. Le cuesta integrarse al principio, y en una hora y media no le da tiempo a participar en la clase. Sin embargo, al estar 5 horas, le da tiempo a observar y a querer participar en las actividades.

3 de septiembre de 2015

Algo tiene que cambiar

     Anoche tuve una pesadilla horrible. Soñé que mis hijos y yo vivíamos en un mundo hostil, insolidario, tenebroso, donde nadie encontraba ayuda de nadie.
     Un mundo donde había personas que huían de países donde morían de hambre, buscando una oportunidad, y había gente que se aprovechaba de sus necesidades explotándoles.
     Un mundo donde, cuando por fin conseguían llegar a un destino que ellos consideraban el paraíso, lo que encontraban era una valla cada vez más alta.
     Un mundo donde personas que huían de unas guerras orquestadas por intereses económicos que sólo benefician a cuatro dirigentes corruptos se topaban una y otra vez con fronteras que no podían atravesar.
     Un mundo donde miles de refugiados que, tras haber sido forzados a abandonar sus hogares y después de pasar por travesías difíciles, llegaban a playas donde les esperaban las autoridades para deportarles de nuevo a sus países y donde, tan sólo unos metros más allá, otras familias tomaban el sol tranquilamente sin inmutarse por las imágenes que veían, como si la cosa no fuese con ellos.
     Un mundo donde existen mafias que se aprovechan de las necesidades de estas personas y les explotan física, psicológica y económicamente.
     Un mundo donde los dirigentes de los países "desarrollados" se hacen fotos orgullosos al lado de dictadores que tienen a los habitantes de sus países muertos de hambre y viviendo en la esclavitud.
     Un mundo donde hay niños que mueren y que matan en guerras que no son suyas.

     Pero lo peor no ha sido la pesadilla, lo peor ha sido que, cuando ha sonado el despertador, no me he podido despertar.

     ALGO TIENE QUE CAMBIAR

     Porque me niego a dejarle a mis hijos un mundo como el que estoy viendo. Parece que no somos conscientes de que estas barbaridades le están ocurriendo a PERSONAS. Gente que no ha hecho nada para merecerse los que les está pasando, simplemente han tenido la mala suerte de nacer donde han nacido en el momento en el que han nacido.
     Porque eso tenemos que tenerlo claro. No nos ha tocado a nosotros porque hemos nacido unos kilómetros más al norte o al oeste, o porque hemos nacido 70 años después, o 70 años antes ¿quién sabe?
     Nos puede tocar a nosotros, a nuestros hijos, a nuestros amigos, en cualquier momento, sin buscarlo.
     Y aunque no sea así, simplemente porque hay atrocidades que no deberían permitirse, algo tiene que cambiar. ALGO TENEMOS QUE CAMBIAR.

     Edito este post para incluir varias iniciativas que han surgido de personas que sí que quieren cambiar el mundo. Es difícil que nuestros dirigentes se muevan por la humanidad y por la solidaridad, en ellos priman los intereses políticos y económicos, pero nosotros podemos movilizarnos, unirnos todos y exigirles que tomen medidas.
     Si estás interesado en ayudar, aquí tienes algunas formas de hacerlo:
- @esthergili está subastando una preciosa ilustración en su perfil de IG. El importe íntegro será destinado a ayudar a los refugiados a través de ACNUR.
- @hermanogato ha diseñano una lámina cuyas ventas irán destinadas igualmente a ACNUR.
- CEAR ha creado la campaña "No permitas que la Europa de los valores se hunda en el Mediterráneo" #UErfanos
- Puedes enviar un SMS con la palabra CEAR al 28014 para colaborar con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
- En @change_es puedes firmar para pedir que el gobierno abra fronteras para acoger a los refugiados.
- En Amazon han creado una lista de deseos con productos básicos. HELPCALAIS & GREECE wishlist.
- En este enlace tienes una guía de cómo puedes ayudar a los refugiados.
- Además, ACNUR está haciendo un listado de hogares voluntarios para acoger refugiados. Si estás interesado en ofrecer este tipo de ayuda puedes llamar al teléfono 91 369 06 70

26 de agosto de 2015

El Cole de Mayores

     Pues sí, en esas estamos, en unos días Peque empieza en el "Cole de Mayores" y yo siento emoción y miedo a partes iguales, la verdad. Es increíble lo rápido que han pasado estos 3 años y medio, han volado, y desde que soy madre de dos mucho más. En serio, yo creo que me han robado tiempo y me han dejado días de 12 horas, porque si no, no me lo explico.
     Al final tuvimos suerte y le han admitido en el colegio que queríamos. Un colegio público, muy cerca de casa, con buen profesorado y recién reformado, así que, en principio, estamos muy contentos. Tuvimos "movidas" con la asignación de plazas, ya que a la hora de asignar los puntos de zona tienen unos criterios bastante "arcaicos", pero todo se solucionó.
     Ya hemos ido a una reunión previa en la que nos dieron una lista del material que tiene que llevar, además de los libros que tenemos que comprar. Hemos alucinado en colores, no creo que gaste todo el material que va a llevar en los tres años de infantil, en serio. Nos piden, entre otras cosas, un paquete de 500 folios ¿de verdad? ¿500 folios? ¿para qué? ¿para fichas? Pero si ya va a tener que llevar 5 libros ¡¡¡5 libros!!! 3 de fichas, 1 de matemáticas y 1 de grafomotricidad, por lo que, aparte de las fichas de esos 5 libros, como haga 500 fichas más, no se va a poder levantar del pupitre el pobre mío.
     Además de eso, material por valor de unos 100 € (especificando en algunos casos la marca incluso ¿llevarán comisión?) y, por si fuera poco, 10 € para el fondo. ¿Qué uso tienen esos 10 €? Pues ni idea, porque en la reunión el listado del material nos lo dieron al final y no nos ofrecieron explicaciones. Tenemos otra reunión antes de que empiece el cole y lo preguntaremos, a ver qué nos dicen.
     Otro tema que me "escuece" es el de los libros. En principio no entiendo qué necesidad hay de tantos libros, la verdad, cuanto más en primero de infantil. Creo que es un negocio de las editoriales y, a juzgar por lo que nos ofrecieron en el cole, también para los propios colegios. Resulta que, si compramos los libros directamente en el cole nos ofrecen un descuento del 15%. Obviamente, porque ellos reciben algo a cambio. Una pizarra electrónica, portátiles para la sala de profesores, o vete tú a saber. Esto con la consiguiente pérdida para las pequeñas librerías, que no pueden aplicar esos descuentos. No me explico cómo un colegio público puede hacer eso, de verdad.
     Y por último, lo que más debate generó, el uso o no de uniformes. Como he dicho es un colegio público, donde, obviamente, el uso de uniforme no puede ser obligatorio, pero varios padres propusimos su uso voluntario. Sinceramente, me parece mucho más cómodo y más barato usar uniforme que "ropa de calle". Aquí el equipo directivo fue tajante, uniforme no, de ninguna de las maneras, nunca se ha aprobado en el Consejo Directivo y nunca se aprobará.
     Como muchos de nosotros preferíamos poder usar uniforme preguntamos el porqué de esa negativa tan tajente y nos dijeron que era por no fomentar diferencias entre unos alumnos y otros yporque hay alumnos que no pueden pagarse le uniforme.
     Imagino que aquí algunas me responderéis en la misma línea que el colegio, pero de verdad yo es algo que no entiendo. Si llevar uniforme hace que se vean las diferencias (porque, según ellos, los que puedan permitírselo tendrán 5 pantalones y los que no sólo 1), no llevarlo creo que las hace aún más notorias. El que pueda permitírselo irá cada día con ropa de marca y distinta y el que no llevará siempre la misma ropa y de peor calidad.
     Además, al colegio no debe importarle mucho lo que una familia se puede gastar en uniformes cuando entre material, libros y dinero para el fondo tenemos que gastarnos, en cada hijo, unos 300 €. Pero bueno, como es algo que no admite discusión en nuestro cole, pues no le voy a dar más vueltas. Le compraré a Peque varios pantalones de chándal, varias sudaderas y camisetas de algodón y le haré su uniforme particular.
     El próximo día 9 tenemos otra reunión, donde nos dirán en qué grupo de los dos que hay va a estar Peque (ojalá tenga suerte y coincida con sus compis de la guarde). Sabremos ya quién será su profesor, desgraciadamente sólo durante el primer año, porque los profes de infantil están liberados y tienen que contrartar a dos interinos, lo que imposibilita que tengan los 3 años de infantil al mismo.
     También aprovecharemos para averiguar cómo funciona el AMPA, a la que ya nos hemos apuntado, aunque todavía no tenemos mucha información al respecto, y el comedor del colegio.
     Lo dicho, que estoy más nerviosa que cuando me tocaba a mí empezar las clases tras las vacaciones de verano.
   
entre libros, material, mochila y demás,
este año la cuesta de septiembre va a ser muy dura

16 de agosto de 2015

Regalos de cumpleaños

     En pocos días mi chico cumple años, y estoy completamente perdida, no tengo ni idea de qué regalarle. Me encanta hacer regalos, disfruto más comprando y envolviendo regalos que recibiéndolos, en serio, soy completamente sincera. Pero disfruto cuando sé qué regalar o cuando tengo cierta idea. Si la persona es difícil de regalar porque nada le gusta, odio comprar regalos, porque me parece que estoy perdiendo el tiempo. Pero ése no es el caso de Churri. Él es agradecido pero es difícil de regalar porque no le gusta cualquier cosa.
     Cuando no teníamos hijos y teníamos trabajo "fijo" los dos la cosa era fácil, su hobbie es el motor y siempre ha tenido moto, o quad, o cualquier cosa con ruedas y motor, así que solía regalarle cosas que podía usar con ellas. Pero es un hobbie caro y, desde que somos padres, ha tenido que dejarlo abandonado. El último regalo de este estilo que le hice fue un vale para pilotar un kart en una pista que hay cerca de Mérida (creo que hace 3 ó 4 años) y todavía no lo ha usado (aunque no por falta de ganas).
     No le gusta demasiado leer, no bebe y no fuma, al menos no de manera habitual. Viajar no le entusiasma. Me sigue encantado a cualquiera de mis viajes, pero si nos quedamos en casa, él tan feliz. Pasa bastante de la moda. Practica poco deporte, por falta de tiempo, además es un "sector" que tengo ya muy "explotado".
     Lo que más le gusta es la tecnología, pero estoy tan perdida en ese campo que necesito que me diga exactamente que es lo que necesita (muchas veces incluso donde comprarlo), y así se pierde el factor sorpresa.
     El caso es que, como no quiero que a él le pase lo mismo, aquí va una serie de regalos que a mí, que cumplo años 13 días después que él, estaría encantada de recibir:

- Agenda bonita para el 2016
Todos los años me compro una agenda, pero hace tiempo que tengo ganas de tener una bonita.
Foto de Lo que ven mis ojos



- Rimmel Dior Addict
Me maquillo poco, pero el rimmel es un imprescindible, mejor si es 
                                                         bueno y no tengo que pelearme con el pincel para que no me deje
                                                         "pegotes"
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- Pulsera con las iniciales de mis enanos
No soy muy de joyas, pero me apetece tener algo que pueda llevar siempre conmigo relacionado con mis hijos. Este infinito con las iniciales me parece ideal. Me da igual en plata que en oro mate.
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- Tratamiento en spa/balneario relajante
Mi cuerpo lo necesita, a todos los niveles
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- Sesión de fotos con mis enanos de Eva Gascón
En realidad este regalo lo voy a tener sí o sí, porque si no me lo regala nadie me lo auto-regalaré yo, la cosa es encontrar fecha y ponerme de acuerdo con Eva.
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- Ordenador portátil / netbook
El que tengo está ya para el arrastre, y quiero tener uno nuevo antes de que "muera" y me quede sin todo lo que tengo en él
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     Y eso es todo, aunque por supuesto, ni es necesario recibir todos los regalos de la lista ni me va a dejar de gustar un regalo porque no aparezca en ésta (un libro, corrector de ojeras o iluminador, ropa, bisutería, material para manualidades, ... siempre vienen bien) , pero bueno, nunca está de más ayudar.
     Por otro lado, si a alguien se le ocurre algún regalo genial para mi chico, que me lo diga (incluido tú, que sé que me lees "en las sombras", así que ya puedes ir dándome pistas ;)) os lo agradeceré muchísimo.

13 de agosto de 2015

Cosas que te gustará (o no) saber si vas a ser madre pronto

     El otro día una amiga que está embarazada nos preguntó, a algunas que ya somos madres “¿por qué ninguna me había dicho que te pasas toda la cuarentena sangrando?” No pude más que reírme, aunque entiendo que a ella no le hiciese ni pizca de gracia. El caso es que caí en que, es cierto, hay muchas cosas que la gente no te cuenta cuando vas a ser madre por primera vez. Todo el mundo te habla de los “antojos” de la cantidad inmensa de horas que duró su parto y lo doloroso que fue y todas te dicen “duerme ahora que puedes”. Pero la verdad es que lo interesante, lo que de verdad importa, la realidad cotidiana con la que te vas a encontrar después de tener a tu hijo, no te la cuentan tanto.
     Aquí voy a contar alguna de ellas. Si estás embarazada por primera vez igual te interesa saberlas, aunque también puede ser que prefieres llegar a ese día sin saber demasiado. Tampoco es mala opción, al principio algunas cosas pueden ser un “shock”, pero al menos no habrás estado el tiempo que te quede hasta la FPP pensando en lo que te viene por delante ;P

Imagen de Maitena de aquí

-         Cuarentena: Durante 40 días estarás manchando. Aunque esto no es matemático, por supuesto, hay mujeres que sólo lo hacen 20 día, otras, como yo, les dura incluso 50. Pero tienes que hacerte a la idea de que vas a “limpiarte” y que lleva su tiempo. Tendrás que usar compresas tocológicas especiales, de celulosa, mucho más incómodas que las “fina y segura” que usas cuando tienes la regla, y no se deben usar tampones. Un coñazo, vamos.
-         Hemorroides: pueden salirte durante el embarazo o a raíz del parto, o ser de las afortunadas a las que no les salen, pero si no es así, bienvenida al club. Si te salen durante el embarazo o si estás dando el pecho no podrás usar la crema que anuncian para no “sufrir en silencio”. Un par de marcas que funcionan bastante bien son “Ruscus Llorens” o “Cohartal Rectal”, aunque son menos efectivas que la amarilla, claro está. Otros trucos para bajar la inflamación son congelar uvas de las más gordas o un guante de látex relleno de agua. La uva se aplica directamente, sacada del congelador, en la zona a tratar. Desmadreando lo explica mucho mejor que yo. Si usas el guante, una vez congelado, partimos los dedos con un cuchillo, e introducimos, agarrando bien el látex, para que no se quede dentro, ya me entendéis. No lo pongáis mucho tiempo, que puede quemar. Eso y evitar grasas y comidas picantes y abusar mucho de la fibra.
-         Entuertos y Loquios: Palabros que probablemente no has oído nunca. Son contracciones que tiene el útero para “volver a su sitio” y coágulos que tienes que ir eliminando. Son molestos, algo dolorosos, pero no demasiado. Si das el pecho es probable que los notes más cuando tu hijo esté mamando porque la lactancia ayuda al útero a contraerse. Pero no te asustes, no duran toda la cuarentena, tan sólo unos días.
-      Incontinencia urinaria: sí hija sí, puede durar sólo unos días o ser tu compañera para siempre. Lo mejor para evitar eso es hacer los famosos ejercicios de Kegel o usar unas bolas chinas.
-         Tu cuerpo: puede volver a ser el mismo de antes, sin duda (yo todavía no lo he conseguido, pero es que tampoco he puesto mucho de mi parte, la verdad), pero no vas a salir del hospital con la barriga plana, por mucha talla 34 que tuvieses antes de quedarte embarazada. Si eras delgada y no has hecho abusos durante el embarazo todo volverá a su sitio con el tiempo, pero si ya tenías curvas antes o has aprovechado la situación para hacer ciertos excesos que nunca te has permitido, te tocará trabajar para tener tu cuerpo anterior.
-         Caída del pelo: no les pasa a todas, pero es bastante normal que se caiga el pelo, y mucho. No te preocupes, no te vas a quedar calva, es pelo que no se te ha caído durante el embarazo y que ahora se pierde de golpe.
-         Cólicos del lactante: Ni el bebé va a tener colitis ni tiene piedras. No sé muy bien a qué se debe el nombre, pero sí sé, por experiencia, que es algo que sufren algunos bebés, aunque no se sabe muy bien el motivo, que lo suelen padecer más los que toman biberón que los de lactancia materna y que viene durando unos tres meses. No hay nada que lo cure aunque puedes probar con Colikind, Aero Red (para bebés) y Entero-silicona, o con infusiones especiales para los gases y las digestiones (antes de probar cualquiera de ellos, habla con tu pediatra o tu farmacéutico). En cualquier caso, nada les clama más que les cojas en brazos y les pasees meciéndoles. Lo siento, pero es así. De un día para otro desparecerán y al cabo de los años igual hasta te ríes al recordarlo.
-         Las niñas mean hacia delante, los niños, hacia arriba (o a cualquier sitio): me explico, llega la hora de cambiarle – bien porque ya ha terminado la toma o bien porque tiene “premio” – preparas el cambiador, las toallitas, el agua, la esponja, la crema, el pañal limpio, .... Pones al bebé en el cambiador, le quitas la ropa y el pañal sucio, y de repente, un chorro. Si es niña irá hacia delante. Con un poco de suerte todavía no le habrás quitado el pañal del todo así que, si tienes buenos reflejos se lo volverás a poner por encima y cosa solucionada. Si es chico, la cosa es más complicada. Meará para arriba, o para cualquier lado, y es bastante probable que se manche él, que te manche a ti, o cualquier cosa que esté en un radio de un metro.
-         Cuidado con las cacas explosivas: Lo mismo que lo anterior puede ocurrir con la caca. Mientras sólo toman leche las cacas son líquidas, así que puedes llevarte una enorme sorpresa, y no muy grata, cuando veas el chorro a propulsión. La que explica esto fenomenal, con ilustración muy divertida incluida, es la Madre Novata.
Imagen de Maitena de aquí
-         La lactancia es difícil: quizá tengas suerte y seas una de esas madres a las que les sube enseguida la leche, que el bebé se engancha a la perfección, no te hace daño al mamar y se alimenta sobradamente y en un momento. Pero si la leche tarda en subirte, el bebé no se agarra bien, tienes grietas o mastitis, no tienes idea si come lo suficiente o no o estás todo el día con el niño al pecho, no desesperes, es lo normal. Si las dudas son grandes y te preocupan, pide ayuda. Hay doulas y asesoras de lactancia, aunque no en todas partes. También puedes acudir a tu matrona, a tu pediatra (si es de los que se interesan en la lactancia materna, si no, mejor ni le preguntes), o a otras madres que conozcas, por ejemplo. En cualquier caso, lo más importante de todo es que la decisión que tomes la hagas con total seguridad y nunca te sientas culpable.

     Y no voy a enrollarme más, porque ya ha quedado bastante largo este post y porque, si no estás embarazada, se te van a quitar las ganas de estarlo. Eso sí, aquí sólo he contado cosas malas porque son cosas de las que nadie habla a las primerizas y que les pueden suponer una sorpresa desagradable llegado el momento. Pero os aseguro que la maternidad es mucho más que esto y que, sin duda, merece la pena. De lo contrario, ninguna mujer repetiría.
Imagen de Maitena de aquí
     Espero que este post sirva para aclarar algunas dudas. Si os queda alguna en el tintero no dudéis en preguntar, si sé la respuesta la compartiré gustosamente. Y si ya has sido madre y se te ocurre alguna cosa que añadir, no te cortes, cualquier ayuda es poca.

6 de agosto de 2015

Vacaciones

     No, no es que vaya a dejar de escribir por estar de vacaciones ¡¡vergüenza me tendría que dar publicar tan poco!! (Ay, qué inocente fui al pretender publicar un par de post al mes en mis objetivos para 2015)
     Tampoco es que no haya escrito por haber estado de vacaciones ¡ya me gustaría! Bueno, o no, la verdad. El concepto de vacaciones ha cambiado mucho desde que soy madre. Es cierto que duermo algo más, porque el despertador no suena a las 6:00 de la madrugada (debería estar penado por ley tener que levantarse tan temprano, en serio) pero, aparte de eso, no hay demasiadas diferencias entre trabajar o estar de vacaciones, la verdad, a mí el cansancio no se me quitará hasta que me tome unas "vacaciones de madre", pero de momento va a estar complicado pedírmelas.
     Pero hoy no quiero hablar de las vacaciones así, en general, si no de la logística que ha implicado irnos de vacaciones desde que soy madre.
     La "crisis" también pasó por nuestra casa hace algunos años, y desde entonces a mi chico le toca trabajar en verano. Razones aparte, esto nos ha hecho replantearnos la forma de tomarnos las vacaciones.
     Sin niños era fácil, yo cogía una semana para descansar en verano y el resto en invierno cuando, además, viajar es mucho más económico. Además, por las tardes y los fines de semana yo podía tostarme al sol en la piscina, así que, aunque no fuésemos a la playa, yo estaba morena.
     El primer verano de Peque yo estaba de baja por maternidad, y nos hacía ilusión eso de que fuese el enano a la playa, así que allí que nos fuimos mis padres, Peque y yo en el coche, cargados de bártulos. Churri se acercó los dos días que libraba.
     El segundo año hicimos una escapada de tres días con unos amigos. Íbamos los tres solos a un hotel y la cosa fue más o menos fácil.
     El año pasado cogí una semana de vacaciones en mayo y nos fuimos los tres, para que padre e hijo pudiesen disfrutar de la playa. Fue un viaje cómodo y disfrutamos mucho, sobretodo Churri, que en verano no puede estar con los enanos tanto como quisiera y se pierde muchas experiencias.  En esas vacaciones estaba ya embarazada de dos meses, pero todavía no lo sabía (y yo amargada por el "barrigón" que tenía). En septiembre me fui otra vez a la playa con mis padres y con Peque. La cosa fue un poco más caótica, porque éramos 3 adultos en vez de 2, pero no fue mal la cosa.
     Lo divertido ha venido este año, que me he atrevido a irme a la playa con mis padres y los dos enanos ¡¡¡en un solo coche!!! Yo no me explico cómo nosotros nos hemos llegado a ir a la playa 4 adultos y 2 niños en un 127, en serio. Se suponía que llevábamos lo "justo", porque además mi chico al cuarto día se acercaba y a la vuelta nos veníamos en dos coches, así que dejamos algunas cosas en Mérida, que él nos acercaría al venir. Pues ni por esas. Antes de salir él se encargó de meter el equipaje en el coche. Su frase, al volver del garaje, lo explica todo: "si alguno estornuda, se abren las puertas del coche".
    Pero, a pesar de todo, repetiría la experiencia sin dudarlo. Peque disfruta en la playa más que yo, oír su risa mientras jugábamos con las olas es de los mejores momentos que he vivido, sin lugar a dudas. Y Hermanito también ha disfrutado de lo lindo, se ha echado unas siestas tremendas en la playa y, pese ponerle bajo dos sombrillas y untarle en protección, ha venido con un moreno que está para comérselo.
    Si a eso le acompañas la cara de felicidad de mis padres al ver a sus nietos y jugar con ellos y, vamos a ser sinceros, el hecho de compartir el trabajo que dan dos niños en la playa con dos adultos más, me parece que la balanza está clara. Me veo viajando cada verano bien cargadita de pasajeros y equipaje durante muchos más veranos.

     Lo que está claro es que la playa con los abuelos es mucho más divertida y que, aunque no me ha dado mucho tiempo de relajarme y de leer, por mas que veáis el libro de Lucía Be ahí tan bonito al lado del capazo, lo de ver a Peque comer coquinas por primera vez y relamerse no tiene precio.


17 de junio de 2015

El graduado

     Pues sí, así es la cosa, ya tenemos a un Señor Graduado en casa. Y no es que el Churri haya sacado un Grado nin nada por el estilo, es que nuestro Peque se ha graduado en la Escuela Infantil, vamos, los que todos conocemos por "Guardería".
     Cuando empecé a ver amigas, con hijos mayores que yo, que iban a las "graduaciones" de sus hijos en las guarderías o los primeros años de infantil, me reía de ellas. Es que me parecía muy gracioso, la verdad. ¿De qué te vas a graduar? ¿De primero de pañal? ¿De cómo pringar de plastilina el último rincón del aula?
     Pero ahora lo entiendo. Acabar la guardería, o la Escuela Infantil, es un paso importante. El próximo año empezarán en el "Colegio de Mayores", y ya tendrán que comer solos, e ir al baño solos, aprender las letras y los números, pasar muchas más horas en esos centros, ...
     Además, os aseguro que hablo con conocimiento de causa. Muchos sabréis, si me leéis desde hace algún tiempo (y si no podéis hacerlo aquí, o aquí, o aquí, o aquí), que me pensé mucho lo de llevar a Peque a la guardería o no, ya que tengo la suerte de poder contar con mis padres. Al final, por no sobrecargar de trabajo a mis padres, porque no consintiera demasiado a Peque y porque socializara con más niños de su edad, nos decantamos por llevarle a un centro infantil.
     A mí me gustaba uno, pero no tenía plaza, así que le llevamos a otro del que también nos habían hablado muy bien. Peque estuvo todo el año entrando a lágrima viva, y no sólo eso, cuando empecé a recibir fotos de lo que hacía en la guardería, allá por mayo, siempre se le veía solo, apartado de los compañeros, con cara seria, así que en verano le quité.
     Sopesé la idea de no llevarle a ninguna otra guardería, pero en la que quería apuntarle al principio había plazas para niños de 2-3 años y, teniendo en cuenta que al año siguiente tenía que empezar el colegio, creía que era mejor que estuviese acostumbrado a ir a la guardería y estar con más niños. Total, que decidimos, apuntarle, aunque yo tenía claro que me daba el plazo de un mes para ver que mi hijo se estaba adaptando perfectamente.
     El centro elegido fue la Escuela Infantil Meridín y no podemos estar más contentos. Todo el personal es un verdadero encanto, Peque no sólo adora a su profe y a los dueños de la guarde, Isabel y Emerio, también al resto de profesoras que trabajan con otros grupos.
     Han trabajado mucho con los niños a nivel educativo (prueba de ello son las tres libretas de fichas que nos han entregado más las múltiples manualidades que han hecho en fechas señaladas), y también a nivel emocional. Mi hijo ha hecho sus primeras amistades en esta escuela, han conseguido no sólo que no entre llorando, si no que me dé un beso y entre alegremente por la puerta. Me habla encantado de sus amigos y de las "señoritas" y le encanta que quedemos con esos amigos por las tardes.
     Por mi parte, la comunicación con ellos es maravillosa, se encargan de tenernos al día de todo, nos hacen partícipes de las actividades que hacen y sobretodo, puedo estar segura de que no "entretienen" a mi hijo mientras está allí. Le educan, le enseñan, le dan cariño, le han proporcionado sus primeras amistades, ...
     En fin, que me va a dar pena que Peque deje esta Escuela Infantil (aunque me encanta que siga creciendo y adoro ver cómo crece y se va convirtiendo en un niño y deja de ser un bebé), pero en unos meses Hermanito pasará a formar parte de esa familia y tendré la tranquilidad de que estará en las mejores manos.
     Por todo esto, el pasado viernes fuimos a la fiesta de graduación de la Escuela Infantil emocionados, y reconozco que, al oír el discurso de despedida de las profesoras, me emocioné.
     Perdonadme esta entrada que es un poco "ñoña". Sabéis que no es mi estilo, pero en ese centro hacen un gran trabajo, y ésta es mi forma de agradecer cómo se han portado con mi hijo.

   
     Gracias Gloria, Isabel, Cristina, Isabel, Rocío, Emerio, Jenny y Mª José por darle alas a Peque y enseñarles a volar.

9 de junio de 2015

Se acabó

     Se acabó la mísera baja por maternidad que dura 16 tristes semanas, es decir, ni 4 meses.
   
     Se acabó el cortísimo período de acumulación de lactancia que se extiende sólo durante 28 días. Y es que, que alguien me explique, por favor, si la OMS recomienda 6 meses de lactancia materna en exclusiva ¿por qué nos mandan a trabajar a los 140 días de parir? En ese momento el bebé tiene poco más de 4 meses y medio.

     Se acabó el margen que me daban las vacaciones que no me pedí el año pasado reservándolas para este momento, con lo que cuando me incorpore a trabajar mi hijo tendrá, exactamente, 5 meses y medio. Es decir, nos quedarán 15 días para llegar a los 6 meses de lactancia materna exclusiva. Y la verdad, no sé si lo vamos a conseguir. Porque tendré que salir a las 7:15 de casa y llegaré, con suerte, a las 15:15.

     No me sirve de consuelo vivir en una ciudad pequeña que me permitirá llegar a casa desde el trabajo en sólo 15 minutos.

     No me sirve de consuelo los malabares que voy a hacer con mi madre para intentar darle una  mini-toma a mitad de mañana.

     No me sirve de consuelo pensar que soy una afortunada que ha podido acumular la lactancia y las vacaciones del año pasado, ya que otras muchas no pueden y se deben incorporar cuando sus hijos no tienen ni 4 meses. Y mejor no hablamos de las autónomas.

     No me sirve de consuelo que en otros países más "desarrollados" tengan bajas más cortas (e incluso inexistentes)

     No me sirve de consuelo que la generación anterior la baja de maternidad se limitase a la cuarentena, y eso si no comenzaba antes del parto, porque en ese caso, se restaban a los días posteriores al parto.

     No me sirve de consuelo que me queden vacaciones pendientes de este año, porque como soy bimadre, tengo que reservarlas para el período de adaptación al colegio de Peque, que este año ya abandona la guardería.

     No me sirve de consuelo que mis padres estén jubilados y en perfectas condiciones para hacerse cargo de mis hijos, y así evitar que tengan que pasar largas horas en una guardería con tan sólo 5 meses.

     No me sirve de consuelo ser una de las personas afortunadas que tiene trabajo con el que poder mantener a sus hijos y al que poder volver después del parto

    Así que, perdonadme, pero durante unos días estaré triste, cabreada, decepcionada, y de mal humor, porque ya no seré yo la que despierte a mis hijos, porque mi bebé no podrá tener la lactancia materna a demanda que se aconseja hasta los 6 meses, porque me perderé muchas de las primeras veces de mi hijo, esas que nunca se repiten (su primera palabra, sus primeros pasos, ... es muy probable que eso lo haga durante mi jornada de trabajo) y porque esta imagen ya no se repetirá tanto como a mí me gustaría


8 de abril de 2015

Preguntas impertinentes

     Todos sabemos cuáles son y seguro que algunas hemos sufrido. Las más conocidas son, por ejemplo, si vas a una boda sin pareja "¿y para cuándo un novio?". Si vas con pareja la cosa no mejora, si no que se sustituye por la de "y la vuestra ¿para cuándo?" Una vez que has pasado por la vicaría todos sabemos lo que viene "los niños pronto ¿no?". Casados o no, una vez que se tiene el primer hijo la siguiente pregunta es la misma, y si te descuidas no te dejan ni que pases la cuarentena "¿y cuándo os animáis a por la parejita". Quizás, si la parejita llega, estas parejas dejen de recibir preguntas, pero para los que tenemos dos del mismo sexo es "ahora a por la niña ¿no?"
     Pero bueno, nosotros somos adultos y, salvo casos especiales, sabemos ignorar estas preguntas, dándoles la importancia que realmente tienen (o sea, ninguna) y respondemos lo más diplomáticamente que podemos.
     Aunque la cosa cambia si hablamos de niños, porque ellos no saben todavía de diplomacia, ni saben controlar muy bien los sentimientos y, sobretodo, no saben que hay gente con muy mala leche, o mucho tiempo libre, o poco conocimiento, y se toman estas preguntas demasiado en serio.
     En este caso estoy hablando de las preguntas al "hermano mayor". Sabéis que hace poco me he convertido en bimadre. Yo ya suponía que Peque no lo iba a llevar demasiado bien, porque ha estado casi 3 años siendo hijo único y en mi familia, además, nieto único y sobrino único. Total, que lo de que le quitasen el protagonismo lo iba a notar y bastante, y así ha sido.
     El tema de los celos merece un post aparte, indicar simplemente que en casa hacemos lo posible para que no lo note tanto. Siguen todos pendientes de él y procuran no hacerle muchas fiestas al Hermanito si Peque está delante, yo, en cuanto puedo, dejo al chico con otra persona y me dedico a él, etc.
     Pero claro, sales a la calle, o llegan visitas a casa y las preguntas son ¿y el hermanito? ¿le quieres mucho? ¿le vas a cuidar? ¿es bueno? ....
     Pues mire no, señora (porque suelen ser señoras las que hacen este tipo de preguntas, la verdad), no es bueno, porque hasta hace nada estaba yo solo y me iba la cosa de maravilla, y desde que ha llegado sólo come, llora y ensucia pañales y no me deja jugar con mi madre como hacía antes.
     Y no le voy a cuidar, más que nada porque sigo necesitando que me cuiden a mí, porque todavía sigo siendo pequeño.
     De momento creo que no le quiero, o sí, o yo qué sé. No hace nada, no habla, no juega, no anda, no me mira, está todo el día colgado de mi madre. Es simpático y huele muy bien, pero la verdad, no sé si le quiero o no.
     Seguro que si los niños respondiesen así, este tipo de preguntas impertinentes se acabarían.

foto

20 de marzo de 2015

Felices 3

     ¡¡¡Felicidades Peque!!! Hoy es tu tercer cumpleaños. Tres años ya compartiendo mi vida contigo. Tres años viéndote crecer y convertirte en un niño precioso. Tres años disfrutando de tus primeras veces. Tres años sorprendiéndome a diario. Tres años de risas y emociones, de abrazos, besos y mimos.
     No te voy a engañar, también ha habido momentos duros. Esos problemas con la lactancia y esos cólicos cuando eras un bebé, el día que pasamos en urgencias por el hidrocele y después la operación, tu primer año de guardería, a la que no hubo manera de que te adaptases, tus malas noches (¿cuándo conseguirás dormir bien cariño?), y tus rabietas, que manejas como nadie. Y por último, los celos, al tener que compartir protagonismo con tu hermano, aunque eso merece un post aparte.
     Pero me quedo con lo bueno, con tu sonrisa por la mañana cuando te despierto, con nuestros momentos leyéndote libros y contándote cuentos, con tus abrazos y tus besos fuertes, con nuestros "te quiero mucho" "y yo más", con tu cara cuando me ves al recogerte en la guarde, con tus frases ocurrentes que tanto me hacen reir, con nuestros ratos cantando (¿por qué te gustará tanto que te cante, con lo mal que lo hago?) con tus ojazos grandes y preciosos mirándome cuando me dices "mami", ...
     Por más agotador que sea el día, un beso, una sonrisa, una mirada o un abrazo tuyo lo borran todo.
     Son ya tres años juntos, y como todos los años, lo celebraremos como se merece. Este año lo haremos en la casa del pueblo del abuelo (tu adorado abuelo ¡menudo tándem!), en La Tahona. No será un cumpleaños Pinterest, porque no sé hacer esas cosas y porque me falta tiempo y dinero, pero habrá globos de colores, adornos de Cars, cupckes, galletas, chuches y dos tartas (ya sabes, la de Gutiérrez no puede faltar). Y sobretodo, estaremos tu familia y tus amigos cantándote cumpleaños feliz y dándote besos y regalos. Y ahí estaré yo, haciendo fotos cual paparazzi, pero entiéndeme, el tiempo está pasando muy rápido y quiero tener recuerdos de todos estos momentos para cuando dejes de celebrar el cumpleaños con nosotros para celebrarlo con tus amigos.

FELICIDADES CARIÑO, NUNCA DEJES DE SONREIR.

foto de @evagasconfoto

     

15 de marzo de 2015

Lactancia

     Supongo que sabréis que con Peque la lactancia no fue nada bien. A pesar de todo, con mucho esfuerzo, conseguí que tomara leche materna hasta el quinto mes, que fue a lo máximo que llegué. Si queréis saber un poco más, podéis leerlo aquí.
     Con Hermanito he tenido más suerte. Desde el primer momento la lactancia ha sido un éxito. Tiene sus problemas, por supuesto. Es un tragón, y a pesar de que ya hemos pasado los dos meses, todavía no ha establecido unas tomas más o menos regulares, así que es imposible establecer un horario con él ni organizarse de ninguna manera. Además, por la tarde, a eso de las 20:00, tiene la que yo llamo "toma desesperada", en la que puede estar entre 2 y 3 horas mamando, según le dé, estando además muy nervioso durante bastantes momentos de la misma. Como contraprestación está poniendo mucho peso y, gracias a la leche materna, un resfriado que tiene hace unos días no ha ido a peor. Así que, los esfuerzos se dan por compensados.
     Cuando alimentas a tu hijo con biberón, si vas a darle una toma en la calle, preparas el agua y la leche en polvo antes de salir, y los cereales en su caso. Si le das el pecho, sacas la teta cuando toca, y punto. No me da vergüenza hacerlo, es lo más natural del mundo y creo que no hay una imagen más bonita que una madre amamantando a su hijo.
     Pero el hecho de que no me de vergüenza y de que lo haga en público no quiere decir que esté dando barra libre para que todos miren.
      Si alguna vez me ves dando el pecho en público no es que quiera que apartes la mirada, pero que te pongas sobre mi hombro a mirar o que toquetees al niño mientras está mamando no es cómodo, nada cómodo.
     En serio ¿no os ha pasado? Estando yo sentada dando el pecho se han puesto detrás de mí y han puesto la cabeza literalmente sobre mi hombro y han hecho comentarios del tipo "¡qué bien se agarra!", o han empezado a coger al niño de las manos o de los pies, o cosas por el estilo. Lo más curioso es que esto suelen hacerlo mujeres que han dado el pecho antes, así que yo me pregunto ¿seré una rancia? ¿a ellas tampoco les gustaba pero ya no se acuerdan? Si os lo hiciesen a vosotras ¿os molestaría?

11 de febrero de 2015

Concilia¿qué?

     Esta semana estoy escuchando mucho hablar de conciliación, bueno, más bien de la falta de ésta. La mayoría de vosotras sabréis que el Club de las Malasmadres va a hablar sobre lo mismo el próximo viernes, y nos ha pedido que colaboremos con nuestros post, con el hastag #concilia13F, y además quieren hacer una encuesta (puedes saber más aquí)
     Además, la mamá más friki que conozco le ha escrito una preciosa carta a su hijo, con motivo de su reincorporación al trabajo. En ella queda claro que, pese a ser su segundo hijo, no por ello le cuesta menos separarse de él, justo en el momento en el que más está disfrutando de su compañía.
     Por otro lado, mi querida Peineta lleva varios días enfrentándose a unos días muy duros ya que ella lo tiene todavía más difícil, tiene que encontrar a quien se quede con la pequeña Neskatilla. Nunca he tenido que enfrentarme a esa situación, pero estoy segura de que tiene que ser muy difícil. Por supuesto, ella también escribió su particular post sobre la no conciliación, con el arte que sólo ella tiene.
     A mí todavía me queda para enfrentarme a ese momento, pero vean ustedes, sumando el permiso de maternidad (esas irrisorias 16 semanas, usease, 112 días), la lactancia acumulada (28 días) y las vacaciones del año pasado, de las que no disfruté porque las quise reservar para esta situación (18 días) podré disfrutar de escasos 158 días de mi hijo. Es cierto que me quedan las vacaciones de este año, y algún día sumaré a estos 158, pero también es cierto que tengo que reservar dos semanas para septiembre, porque Peque el próximo curso empieza el colegio, y esas dos primeras semanas tienen horario de adaptación, y también quiero estar con él en esos momentos.
     Y encima, tengo que considerarme afortunada, ya que la acumulación de las horas de lactancia y el poder disfrutar de las vacaciones del año pasado durante éste no se puede hacer en la mayoría de los trabajos.
    Otro motivo por el que tengo más suerte que otras madres es que puedo contar con mi madre. Está jubilada y estupenda, así que se hará cargo de mis hijos cuando tenga que incorporarme al trabajo, algo que, sinceramente, da mucha tranquilidad y además, no me obligará a sacar a mis hijos de casa a las 7:15, que es a la hora que yo salgo ¿a qué hora tendría que levantarles a los pobres?
     Pero, sinceramente, ni el hecho de contar con 40 días más que otras madres ni el de tener la tranquilidad de dejar a mis hijos con mi madre me hacen sentirme afortunada. No me sirve de consuelo. Porque no lo es. El estar en una situación mejor que la de otras madres no significa que la mía sea buena. Ni para mí ni para mi hijo.
     Él se merece más, mucho más.
     Se merece estar más tiempo con su madre.
     Se merece que le dé el pecho en exclusiva hasta los 6 meses. Con Peque no pude, pero la lactancia con Hermanito sí que la he conseguido, con mucho esfuerzo, y los magníficos políticos que nos gobiernan me obligrán a dejarla a los 5 meses (y eso porque pertenezco al club de las "afortunadas", otras la tienen que dejar a los 4)
     Se merece que esté con él la primera vez que diga papá, y mamá.
     Se merece que sea yo a la que se dirija cuando dé sus primeros pasos.
     Se merece seguir despertándose a mi lado cada mañana.
     Y eso por sólo nombrar algunas.
     Por mi parte, me merezco disfrutar de mis hijos, verles crecer, estar con ellos en sus primeras veces, ser yo la que les cuide si se ponen enfermos, ...
     Pero gracias a las maravillosas políticas familiares que tenemos aquí en este desarrollado país, a partir del quinto mes (y recordad, eso porque tengo suerte) faltaré cada día 8 horas de sus vidas (y dando gracias, porque podrían ser más, pero como tengo jornada continuada y sólo tardo 10 minutos en ir de casa al trabajo, pues serán sólo 8 horas).
     Yo ya no podré disfrutar de ningún permiso de maternidad en condiciones, que permita, al menos, estar el primer año de vida de tu hijo con él, pero haré lo posible para que mis hijos y sus parejas sí puedan disfrutarlo.
     Y eso es sólo es el principio, luego vienen los problemas de conciliación con las semanas de adaptación al colegio, con las vacaciones, cuando se pongan enfermos, ....
     De verdad, no sé cómo lo hacen los padres que no cuentan con la ayuda de su familia cerca y que además trabajan a jornada partida ¡¡os merecéis un premio!!
     A ver cuándo los políticos se enteran de que este país está formado por personas, y para eso es necesario que las mujeres tengamos hijos, algo que cada vez ellos nos ponen más difícil.

Peque & Hermanito

    



2 de febrero de 2015

Aventuras y desventuras de una bimadre primeriza

     Pues sí, soy bimadre, porque tengo dos hijos, pero también soy primeriza, porque, por más que tenga algo de experiencia como madre, como bimadre no tengo ninguna, y puedo aseguraros que en algunas cosas estoy tan perdida como la primera vez.
     Es cierto que tienes más habilidad para ciertas cosas: es increíble con qué facilidad le "chuto" ahora a Hermanito el suero, con apenas 15 días de vida (es lo que tiene nacer en invierno, que los mocos nos visitan demasiado pronto), cuando con Peque, que era ya bastante más mayor, me costaba la misma vida. Lo mismo ocurre con el cambio del pañal, el baño, etc.
     Pero hay otras cosas que me hacen sentir novata. Pensaba que, por justicia divina, teniendo en cuenta cómo nos fue con el primer hijo, ahora tenía que tocarnos nu "niño bueno", como dice la gente. Es decir, esos bebés que comen y duermen y poco más.
     Me las prometía felices. Me imaginaba levantándome para dar el pecho a Hermanito, echarle a dormir 20 minutos después, vestirme, levantar a Peque, preparar nuestros desayunos, desayunar, vestir a Peque, irnos los tres a la guarde, volver y hacer las cuatro cosas de casa que tocasen, con una parada en medio para otra toma e ir a recogerle a la guarde para comer en casa de mis padres.
     Las tardes serían igual de idílicas. Después de comer iríamos al parque, merienda, a casa, otra toma mientras el mayor juega en casa solito, al acabar la toma jugaría con él hasta la hora del baño, cena y a acostar.
     Última toma antes de la noche y a dormir, y entonces tendría ese ratito para mí: ducha, cremas, cena y un poco de descanso.
    ¡¡¡¡JA!!!! ¡Qué inocente era! Y eso que ya tengo un hijo, porque nada más lejos de la realidad.
    Si con Peque tuve un montón de problemas con la lactancia, que ya os conté aquí, con Hermanito no me he librado, aunque en sentido contrario. Tenía muy claro que intentaría la lactancia materna, porque es lo mejor, tanto para el bebé como para la madre, haría todo lo posible porque funcionase, pero tenía igual de claro que, de no conseguirlo, pasaríamos al biberón sin más complicaciones. Me cansé de repetirlo a todos los que me preguntaban, y se ve que Hermanito lo escuchó y se dijo "más me vale agarrarme bien, porque de lo contrario, me quedo sin teta", así que no hago otra función. Hace tomas larguísimas de una hora, por lo general, y por las tardes, a última hora, siempre hay una toma "desesperada" que dura entre dos y tres horas. Y las hace cada dos horas (contando desde que empieza, claro), así que os podéis hacer una idea.
     Total, que para poder manejarme por  las mañanas tienen que venir mis padres, porque es imposible despertar y preparar al mayor para que se vaya a la guardería con el pequeño enganchado al pecho. Son ellos quienes le llevan a la guarde y yo me quedo en casa, con las tomas. Entre una y otra intento hacer algo, pero no siempre puedo, porque ¡¡oh, sorpresa!!, Hermanito duerme estupendamente en brazos, pero si le echas en la minicuna o el capazo, ya es otro cantar. (Es por eso que la mochila emeibaby se ha convertido en mi nueva mejor amiga, jiji)
     Por la tarde, más de lo mismo. Es el abuelo el que saca a Peque un rato.Yo les acompaño cuando acabamos la toma. Cuando llegamos a casa es el padre quien baña a Peque, mientras yo estoy con el pecho. Aquí es cuando empieza la toma "desesperada", así que, con un poco de suerte, como mucho le doy la cena al mayor y luego desaparezco con Hermanito mientras Peque se duerme con su padre.
     Con un poco de suerte, en un momento de desenganche, me doy una ducha rápida. Raro es el día que no escucho al enano berrear en cuanto cierro el grifo, así que corriendo con la teta lista otra vez. En ese caso, el padre me pone cualquier cosa para cenar y, para cuando acaba la toma yo estoy para el arrastre, así que a la cama directa. Si ha habido suerte y aguanta tranquilo un ratito más, me doy con crema después de la ducha, para intentar evitar que las estrías que han aparecido después del parto se hagan más grandes, y preparo la cena.
     Por la noche la cosa no mejora mucho. Si bien Hermanito no suele hacer más de dos o tres toma,s y no muy largas, Peque se depierta varias veces, chillando y llorando, y esbastante normal que acabemos los tres en la cama, mientras el padre se va a la suya. Y así de divertidos pasan mis días.
     Según algunos la lactancia se regularía al mes (cosa qe no ha sido), según otros con la cuarentena (para la que quedan pocos días y, por como va la cosa, lo dudo, la verdad) y otros apuntan que a los tres meses (¡¡con lo que queda todavía!!).
     No sé cuándo empezaré a manejar la situación, cuando conseguiré descansar, al menos, 3 horas seguidas, ni cuando Hermanito aguantará más tiempo entre toma y toma, o cuando se mantendrá despierto y entretenido, ni mil cosas más. Pero estoy segura, porque lo sé por experiencia, que, antes de que me dé cuenta, esta etapa habrá pasado y, por más que ahora no me lo crea, cuando recuerde esta fase, lo haré con añoranza, así que he decidido tomármelo con filosofía y disfrutarla lo que pueda.

     Además, viendo esta carita, es normal que se me pase el cansancio y cualquier otro mal que tenga ¿o no?
     Hasta la próxima, que, sinceramente, no sé cuándo será.

5 de enero de 2015

Today5115

     Marta lleva varios años haciendo listas de propósitos anuales que coinciden con el año con el que se hacen (y, como no, yo he ido a empezar nada más y nada menos que cuando pide 15, como si me pareciera fácil encontrar 12, jejeje).  A final de año todos los que han participado tienen que contar cuántos de esos propósitos han cumplido.
     El año pasado me apetecía mucho participar, y tenía el post prácticamente acabado, pero convocaron oposiciones, en teoría "inminentes", así que dejé todos los propósitos aislados, igual que el post.
     Las oposiciones no han salido, y entretanto, nuestra familia ha aumentado, pero este año no me quedo con las ganas, así que aquí van mis 15 propósitos para el 2015:
fuente
1. Disfrutar de mis enanos y verles crecer.
2. Instaurar una rutina en casa que nos permita no volvernos locos.
3. Intentar aprender-practicar yoga.
4. Perder el peso acumulado en el embarazo de Hermanito.
5. Ya puestos, perder los kilos que se me quedaron "pegados" tras el parto de Peque.
6. Leer, al menos, 10 libros este año.
7. Terminar todos los regalos blogueros que tengo pendientes.
8. Conocer alguna de las islas del archipiélago canario con la familia al completo.
9. Hacer un viaje al extranjero con los dos enanos.
10. Aprender a coser a máquina.
11. Cuidarme más I: comer mejor, beber más agua, hacer deporte.
12. Cuidarme más II: más cremas, más peluquería, manicura, pedicura, maquillaje, ....
13. Publicar, al menos, un post al mes, y si pueden ser dos, mejor. Más ya no me atrevo a decir.
14. Ir al teatro.
15. Por último, aunque me parece el más difícil de todos ¡¡¡sobrevivir al 2015!!! Esto es algo que, con un recién nacido, un hijo en plenos "terribles 2" que acaba de convertirse en el "príncipe destronado", unas oposiciones de por medio (que, como véis no aparecen entre mi lista de propósitos, jejeje) y todo lo demás, creo que me va a costar bastante.

     Me habría gustado poner este post más bonito (la idea era haber hecho yo misma pequeños dibujos de cada propósito), pero no me da la vida, quizá, el año que viene sí que me de tiempo.

     Espero que Marta sepa perdonarme no haber publicado a las 15.00, pero soy tecnolerda, y lo de programar post todavía no me sale, lo siento mucho, así que he publicado cuanod por fin he podido tener acceso al ordenador de mis padres que es donde hemos comido hoy.

    Un besazo a todos, suerte con vuestros propósitos de 2015 y nos vemos en diciembre con los resultados