Pues sí, soy bimadre, porque tengo dos hijos, pero también soy primeriza, porque, por más que tenga algo de experiencia como madre, como bimadre no tengo ninguna, y puedo aseguraros que en algunas cosas estoy tan perdida como la primera vez.
Es cierto que tienes más habilidad para ciertas cosas: es increíble con qué facilidad le "chuto" ahora a Hermanito el suero, con apenas 15 días de vida (es lo que tiene nacer en invierno, que los mocos nos visitan demasiado pronto), cuando con Peque, que era ya bastante más mayor, me costaba la misma vida. Lo mismo ocurre con el cambio del pañal, el baño, etc.
Pero hay otras cosas que me hacen sentir novata. Pensaba que, por justicia divina, teniendo en cuenta cómo nos fue con el primer hijo, ahora tenía que tocarnos nu "niño bueno", como dice la gente. Es decir, esos bebés que comen y duermen y poco más.
Me las prometía felices. Me imaginaba levantándome para dar el pecho a Hermanito, echarle a dormir 20 minutos después, vestirme, levantar a Peque, preparar nuestros desayunos, desayunar, vestir a Peque, irnos los tres a la guarde, volver y hacer las cuatro cosas de casa que tocasen, con una parada en medio para otra toma e ir a recogerle a la guarde para comer en casa de mis padres.
Las tardes serían igual de idílicas. Después de comer iríamos al parque, merienda, a casa, otra toma mientras el mayor juega en casa solito, al acabar la toma jugaría con él hasta la hora del baño, cena y a acostar.
Última toma antes de la noche y a dormir, y entonces tendría ese ratito para mí: ducha, cremas, cena y un poco de descanso.
¡¡¡¡JA!!!! ¡Qué inocente era! Y eso que ya tengo un hijo, porque nada más lejos de la realidad.
Si con Peque tuve un montón de problemas con la lactancia, que ya os conté
aquí, con Hermanito no me he librado, aunque en sentido contrario. Tenía muy claro que intentaría la lactancia materna, porque es lo mejor, tanto para el bebé como para la madre, haría todo lo posible porque funcionase, pero tenía igual de claro que, de no conseguirlo, pasaríamos al biberón sin más complicaciones. Me cansé de repetirlo a todos los que me preguntaban, y se ve que Hermanito lo escuchó y se dijo "más me vale agarrarme bien, porque de lo contrario, me quedo sin teta", así que no hago otra función. Hace tomas larguísimas de una hora, por lo general, y por las tardes, a última hora, siempre hay una toma "desesperada" que dura entre dos y tres horas. Y las hace cada dos horas (contando desde que empieza, claro), así que os podéis hacer una idea.
Total, que para poder manejarme por las mañanas tienen que venir mis padres, porque es imposible despertar y preparar al mayor para que se vaya a la guardería con el pequeño enganchado al pecho. Son ellos quienes le llevan a la guarde y yo me quedo en casa, con las tomas. Entre una y otra intento hacer algo, pero no siempre puedo, porque ¡¡oh, sorpresa!!, Hermanito duerme estupendamente en brazos, pero si le echas en la minicuna o el capazo, ya es otro cantar. (Es por eso que la mochila emeibaby se ha convertido en mi nueva mejor amiga, jiji)
Por la tarde, más de lo mismo. Es el abuelo el que saca a Peque un rato.Yo les acompaño cuando acabamos la toma. Cuando llegamos a casa es el padre quien baña a Peque, mientras yo estoy con el pecho. Aquí es cuando empieza la toma "desesperada", así que, con un poco de suerte, como mucho le doy la cena al mayor y luego desaparezco con Hermanito mientras Peque se duerme con su padre.
Con un poco de suerte, en un momento de desenganche, me doy una ducha rápida. Raro es el día que no escucho al enano berrear en cuanto cierro el grifo, así que corriendo con la teta lista otra vez. En ese caso, el padre me pone cualquier cosa para cenar y, para cuando acaba la toma yo estoy para el arrastre, así que a la cama directa. Si ha habido suerte y aguanta tranquilo un ratito más, me doy con crema después de la ducha, para intentar evitar que las estrías que han aparecido después del parto se hagan más grandes, y preparo la cena.
Por la noche la cosa no mejora mucho. Si bien Hermanito no suele hacer más de dos o tres toma,s y no muy largas, Peque se depierta varias veces, chillando y llorando, y esbastante normal que acabemos los tres en la cama, mientras el padre se va a la suya. Y así de divertidos pasan mis días.
Según algunos la lactancia se regularía al mes (cosa qe no ha sido), según otros con la cuarentena (para la que quedan pocos días y, por como va la cosa, lo dudo, la verdad) y otros apuntan que a los tres meses (¡¡con lo que queda todavía!!).
No sé cuándo empezaré a manejar la situación, cuando conseguiré descansar, al menos, 3 horas seguidas, ni cuando Hermanito aguantará más tiempo entre toma y toma, o cuando se mantendrá despierto y entretenido, ni mil cosas más. Pero estoy segura, porque lo sé por experiencia, que, antes de que me dé cuenta, esta etapa habrá pasado y, por más que ahora no me lo crea, cuando recuerde esta fase, lo haré con añoranza, así que he decidido tomármelo con filosofía y disfrutarla lo que pueda.
Además, viendo esta carita, es normal que se me pase el cansancio y cualquier otro mal que tenga ¿o no?
Hasta la próxima, que, sinceramente, no sé cuándo será.